Si en el largo plazo Perú mantiene su alta competitividad de oferta energética, la producción minera nacional alcanzará grandes picos, y particularmente la de cobre podría llegar a los 5 millones de toneladas por año, estimó Edwin Quintanilla, Director de la Maestría en Gestión de Energía de ESAN.
“El precio energético nuestro es de primer nivel. Según el World Economic Fórum, en los últimos 5 años, del 2013 al 2015, es decir por 5 años consecutivos, Perú ha sido primero o segundo en el planeta en competitividad energética, lo cual es una buena noticia”, destacó el experto en declaraciones a ProActivo en el marco del 16 Congreso de Energía.
Refirió que durante los 12 últimos años, los 4 principales productores de cobre en crecieron. Chile 3,4%, Estados Unidos 8,65, China 119% y Perú 142%.
“Dada esa cifra de crecimiento, Perú ha pasó de producir 1 millón de toneladas de cobre a 2,5 millones de toneladas. Esa cifra lograda en 12 años, representa más de lo crecido en cobre durante toda nuestra historia republicana”, remarcó.
Electricidad y desarrollo minero
El experto sostuvo que el desafío para el país radica en contar con energía suficiente para garantizar en forma constante el crecimiento industrial, minero y económico, en general. “En buena medida, uno de los varios drivers del excelente crecimiento de la minería y de otras industrias es por nuestro potencial energético. Contar con una energía competitiva, posible gracias al gas de Camisea y a la reforma emprendida en el sector eléctrico”, agregó.
En esa línea precisó que la minería representa entre el 40 y 45 por ciento de la demanda energética del país.
Garantizar provisión eléctrica
“Si queremos llegar a los 5 millones de toneladas de cobre, significa tener seguridad de una provisión de energía de largo plazo”, recalcó Quintanilla.
Dijo que la meta es posible optimizando las medidas orientadas a desarrollar el abastecimiento energético.
En tal sentido señaló que Perú tiene un gran potencial, gracias a sus recursos naturales, pero es imperativo desarrollarlo sostenidamente (En hidroeléctricas se estima 70 000 MW, cuando hoy la demanda es del orden de 7 000 MW. En energía eólica se puede producir alrededor de 23 000 MW y en energía solar cerca de 20 000 MW).
“Las inversiones energéticas no se hacen en una coyuntura. Sino oportunamente para conservar la competencia en el mercado y atraer capitales”, puntualizó.
Acotó que el ciclo de precios altos de los minerales lleva al optimismo de un mayor desarrollo de la minería, lo cual se debe aprovechar para reforzar el sector energético.
Camisea y abastecimiento energético
El especialista afirmó que el gas de Camisea ha sido clave para contar con un abastecimiento energético oportuno, y que es la más grande innovación energética que del país en los últimos 14 años.
“En 10 años, entre el 2004 y el 2013, Camisea benefició al país con US$ 42,000 millones, y actualmente debe bordear los US$ 60,000 millones”, detalló.
Acotó que su impacto es enorme y beneficioso, pues permitió que los precios de energía en el país sean súper económicos en general, y el desarrollo del GLP “nos ha posicionado como país atractivo de inversiones de largo plazo”.
Gran reserva de producción energética
Quintanilla señaló que nuestra Reserva de Producción Energética está en torno a los 40 años, mientras que en otros países como Bolivia, Trinidad y Tobago y Estados Unidos, apenas es entre 10 y 12 años.
“Pero nuestros márgenes de reserva de generación tienen que ser del orden del 50%. Con ese margen es suficiente para afrontar eventos riesgosos (como los desastres naturales)”, consideró.
Añadió que por tal motivo es necesario ampliar la instalación de mayor infraestructura de generación eléctrica.
“Contamos con Camisea que ha sido una bendición para el país porque nos ha dado una energía económica, lo cual se debe compensar con mayores inversiones en las energías renovables”, añadió.
Manifestó que comparativamente, Chile tiene una reserva de generación de 130%, por lo que paga bastante, para poder cubrirse ante eventos muy drásticos.
“En ESAN se hizo un análisis probabilístico y determinístico sobre el tema, que arrojó que Perú necesita un 46% de generación eléctrica”, informó.
Asimismo, ilustró que un buen diseño de margen de reserva permite, por ejemplo, afrontar eficientemente una salida temporal del gaseoducto de Camisea, que representa 3,300 MWh.
“Si el gas no puede fluir temporalmente hacia el mercado, pero se dispone de generación suficiente se podrá soportar cualquier eventualidad, como una sequía por ejemplo”, anotó.
De lo contrario, dijo, se impondría un racionamiento en donde los más afectados serían los clientes libres, como la minería y las industrias en general, “afectaría gravemente la producción nacional”