La ministra del Ambiente habla de la deforestación, la minería ilegal, la contaminación con metales pesados, y lo que está haciendo su sector para afrontarlas. Reconoce que los recursos para educación y salud vienen de la minería, pero señala que de nada sirve construir una escuela si después se va a necesitar dinero para curar a los que se contaminan.
¿Qué está haciendo el Ministerio del Ambiente para evitar la deforestación en la Amazonía?
Viene trabajando un sistema de información sobre la cobertura forestal, que es la plataforma de geobosques. Provee de información al sector Agricultura, los gobiernos regionales, la fiscalía, para una lucha más efectiva contra la deforestación. También estamos poniendo en valor los productos de la biodiversidad para que el tema económico no sea el que obligue a deforestar.
¿Y respecto a la minería ilegal?
Hemos formado cuatro grupos de trabajo. El primero ve el control y la recuperación del principio de autoridad en zonas donde hay minería ilegal. Lo lidera el Ministerio del Interior. El segundo es para la formalización minera y está a cargo de Energía y Minas. El tercero ve las otras actividades productivas que se realizarán cuando se controle la actividad minera ilegal. Lo encabeza Agricultura. Y el cuarto ve el tema social, ya que esta actividad está asociada a la trata de personas y la violencia contra la mujer. Lo trabajamos con el Ministerio de la Mujer.
También están las mafias dedicadas al tráfico de tierras.
Hay un caso de tráfico de tierras para agricultura migratoria en el Bosque de Producción Alto Mayo, en la región San Martín. Esta área protegida y su zona de amortiguamiento han sido invadidas por estas mafias y no permiten el ingreso de la Policía. Hemos decidido retomar la zona y denunciar a los traficantes que han invadido tierras y las han vendido a otras personas.
Se considera que los mejores guardianes del bosque son los indígenas. ¿Ellos le han presentado alguna propuesta?
Reconocemos este rol tradicional. Pero hay casos como en Madre de Dios donde han arrendado sus tierras para la siembra de papayas y han permitido la deforestación. El Ministerio del Ambiente a través del Programa Nacional de Conservación de Bosques está haciendo transferencias condicionadas a las comunidades. El compromiso de conservar el bosque en pie, aprovechándolo por ejemplo en ecoturismo, es reconocido por el Estado con un pago anual de 10 soles por cada hectárea que poseen. El objetivo es que se capitalicen para un negocio.
A las comunidades indígenas les preocupa los impactos que tendrá el proyecto Hidrovía Amazónica en el ciclo vital de los ríos, que es fuente de su alimentación. ¿Qué les responde?
El objetivo del Ministerio de Transportes, titular del proyecto, es resolver el problema de la conectividad en la Amazonía mediante la navegabilidad de los ríos. Cuando se hizo la consulta a los pueblos indígenas se identificó sus temores pero también se supo que querían mejor conectividad. En este momento la empresa concesionaria está levantando información para hacer el EIA. Tenemos la oportunidad de hacer las cosas bien con este proyecto, eso implica diálogo.
Hay casos graves de contaminación con metales pesados en Espinar y Pasco donde la gente está muy enferma y no recibe atención especializada.
Le he dicho a la ministra de Salud: tenemos gente con plomo en sangre, ¿qué hacemos? Ella me explicó que hay dos niveles. Cuando hay plomo en sangre y no necesita tratamiento especial porque no afecta un órgano, hay que monitorear para evitar la afectación. Y cuando ya se produce una insuficiencia renal, por ejemplo, el Estado lo tiene que tratar en forma prioritaria. Lamentablemente no hay posibilidades de tratamiento en todos los lugares. Por eso nos preocupa generar inversiones para utilizar los recursos en educación, en salud.
Pero los recursos vienen de una actividad que está generando estos daños.
Lo que hay en Pasco es resultado de una minería antigua que no se puede permitir. La inversión es importante pero no la que contamina. De nada sirve conseguir recursos para construir una escuela si después se va a necesitar plata para curar a los que se contaminan. Me interesa promover la minería pero no a costa de un territorio donde tengo actividad turística sostenible en una maravilla natural como la Montaña de Siete Colores. Le he dicho al ministro de Energía y Minas que el tipo de jugadores inversionistas que queremos no están llegando. Quiero a los noruegos, a los daneses, a la gente que juega en las grandes ligas de inversiones con altísimos estándares sociales y ambientales.
¿Por qué ellos no vienen?
Porque no estamos asegurando que los temas ambientales y sociales tengan suficientes salvaguardas como para garantizar que una inversión no afecte. Muchas de las empresas que vienen a nuestro país son importantes pero no necesariamente tienen el capital suficiente para implementar las cosas como debe ser. Entran, especulan un poquito para el tema de bolsa y después venden el proyecto.
Se ha anunciado la erradicación del uso de bolsas de plástico. ¿Hay otros productos contaminantes cuyo uso es prescindible?
Estamos promoviendo la erradicación de las bolsas de plástico que no se reciclan. Pero también están las cañitas, los cubiertos de plástico. Lo que buscamos es cerrar el círculo, que no ingrese más plástico nuevo porque podemos reciclar lo que hay. La campaña ha tenido la mejor respuesta del público, de las empresas, de los restaurantes. Aquí lo importante es la decisión de cada uno para el cambio. Se puede optar por tomar café en una taza de porcelana y no en un vaso de teknopor.
Fuente: La República