Los accionistas del gigante de los hidrocarburos Shell votaron por mayoría este viernes a favor del traslado de la sede del grupo de Holanda al Reino Unido y la eliminación de Royal Dutch de su nombre.
El presidente del consejo de administración, Andrew Mackenzie, alabó en un documento oficial el “rotundo apoyo de los accionistas”, que votaron en un 99,77% a favor de las propuestas en una reunión en Róterdam.
Por lo tanto, el grupo trasladará a Londres su residencia fiscal y su alta dirección, incluido el director general, Ben van Beurden. La empresa mantendrá sus 8.500 empleados en los Países Bajos.
El traslado “reforzará la competitividad de Shell y acelerará tanto los repartos a los accionistas como la aplicación de su estrategia para convertirse en una empresa de energía con cero emisiones netas para 2050, en consonancia con la sociedad”, dijo el grupo en un comunicado.
La mayor empresa energética de Europa desea simplificar su estructura y alinear su residencia fiscal con el país donde está registrada, el Reino Unido.
Además, el grupo asegura que el traslado, cuyo anuncio en noviembre copó los titulares de la prensa, permitirá a la compañía acelerar su transición hacia emisiones nulas.
“Numerosos factores” se tomaron en cuenta en la decisión, subrayó Mackenzie.
El abandono por parte del gobierno holandés de un plan para abolir el impuesto sobre los dividendos fue uno de ellos, admitió.
Pero negó que la medida estuviera motivada por una sentencia judicial holandesa de este año en la que se exigía a Shell reducir sus emisiones.
La compañía fue creada en 1907. Su traslado supondrá una pérdida de miles de millones de euros en ingresos fiscales para el Estado holandés, según los medios de comunicación locales.