Trabajar desde casa, lidiar con las labores propias del hogar, ayudar a los niños en sus clases a distancia y, en caso de contar con ayuda externa, también quien se encarga de esas labores, es otra mujer. Sin duda, el estallido de la pandemia –según Adriana Giudice, presidenta de OWIT Perú– no solo ha afectado de manera desigual a hombres y mujeres, también ha abierto más la brecha laboral que ya existía entre ambos sexos.
Para la cabeza de la organización internacional de mujeres en negocios, los últimos ocho meses han servido para evidenciar la existencia de una persistente inequidad en la distribución de las tareas en el hogar y han sido las mujeres, precisamente, quienes han asumido la mayor parte de esa carga.
“Hace poco una encuesta de Marlene Molero y GenderLab revelaba que las mujeres han incrementado en 67% el tiempo que dedican a las tareas del hogar, mientras que los hombres lo han hecho en un porcentaje menor, y como son tareas que no se pueden encomendar a otras personas, hoy en día dedican más horas al trabajo no remunerado, lo que en muchas ocasiones genera más angustia y estrés”, afirma.
Empleabilidad golpeada
Pero no sería lo único. Giudice sostiene que aunque no hay un estudio sobre la cantidad exacta de puestos de trabajo que se han perdido como consecuencia de la pandemia, debido a los altos niveles de informalidad, es casi un hecho que las más afectadas han sido las mujeres.
“La pandemia ha servido para agravar el impacto en la brecha salarial, sin contar que existen diversas limitaciones y prejuicios para que las mujeres accedan a ciertas actividades que se consideran más masculinas porque todavía hay mucho machismo para contratarlas”, afirma.
Frente a esa situación, la directiva de OWIT Perú recuerda que el ingreso promedio de las mujeres representaba, hasta el año pasado, el 72% del salario de los hombres. “Eso ya significaba una brecha fuerte”, indica tras hacer hincapié que gran parte de esa distancia se ha incrementado porque “lamentablemente, las mujeres se desempeñan en sectores vinculados a los servicios, que se han visto muy afectados con la pandemia y con la informalidad”.
Acortando brechas
Para evitar que las brechas entre hombres y mujeres continúen acrecentándose, Giudice sostiene que las empresas deben asumir un rol activo para generar un cambio en la sociedad. Sin embargo –apunta– hace falta que en esa tarea también se involucre el Estado y la sociedad en su conjunto.
“El tema más importante es la educación y concientización, por ahí deberían empezar las empresas, pero no debemos olvidar que para reducir las brechas debe haber una acción consciente y decidida de todos los actores de la sociedad, del Estado y del sector privado”, señala.
Mientras que, por el lado del Estado, la también empresaria sugiere que se establezca una campaña de educación y comunicación muy fuerte no solo para luchar contra la violencia, que es el flagelo más importante, sino también contra los sesgos inconscientes y micromachismos que no permiten impulsar el desarrollo de la mujer.
“Si seguimos como estamos nos va a tomar más de 200 años en lograrla equidad, según varios estudios, pero si todos trabajamos en conjunto se puede ir reduciendo paulatinamente porque todo lo que podamos hacer suma”, dice.
En este contexto y tratando de generar espacios de discusión sobre esta problemática, la presidenta de OWIT Perú sostiene que mañana martes se realizará el OWIT Day 2020, que busca convertirse en el espacio perfecto para fomentar la participación y liderazgo de la mujer como motor del progreso del país.
Fuente: Gestión