El ministro de Economía, Alonso Segura, señaló a Gestión que si el siguiente gobierno requiere gastar más allá del techo presupuestado tendrá que pedir al Congreso que modifique el Marco Macroeconómico Multianual.
Hablemos de retos. ¿Cuál pondría en cabeza de los desafíos para el siguiente Gobierno?
Inmediatamente, tu primer desafío es cómo proteges tu calificación crediticia. El A3 es reimportante. Esa te saca del nicho del ‘lower investment grade’ y te permite llegar a un nicho de inversionistas que de otra manera no llegarías. Es el reto inmediato más importante porque en la coyuntura actual los más presionados son los países emergentes dependientes de materias primas.
¿Hay espacio en la caja fiscal para las promesas electorales?
Otro reto es la capacidad de cumplir ofertas porque tu espacio de gasto adicional es limitado en el 2017 y algo el 2018. En general operas en un entorno que no es de crecimiento fuerte de los ingresos. El margen para aumentar presupuestos es más pequeño y eso significa poder atender menos demandas adicionales cada año.
¿La propuesta de reducir el IGV puede ser contraproducente considerando ello?
El reto es generar más ingresos permanentes. El crecimiento acelerado es una, pero no te va a dar dos o cuatro puntos del PBI en un periodo de tres años. Eso se logra reduciendo evasión y elusión. La gran pregunta es cuál es la herramienta para eso.
Si no elevo ingresos va a pasar una de dos cosas. O no puedo elevar mi presupuesto respecto al PBI, o me voy a ir a déficits que me van a costar en términos de crediblidad, calificación crediticia, costo de financiamiento, acceso y una serie de cosas.
Se ha criticado la velocidad con la que ha crecido el gasto corriente. ¿Qué respondería?
Analicemos: una reforma educativa o en seguridad ciudadana son intensivas en gasto corriente. Incrementar el acervo de infraestructura significa construir más. Todo el gasto de mantenimiento y operación de esa infraestructura es gasto corriente. Si aumentas gasto corriente te critican, pero también hay que hacer reformas. Bueno, si quieres tortillas hay que romper huevos.
¿El dato no es ya muy elevado?
Ahorita tenemos como 5% del PBI en gasto de capital. El resto es gasto corriente. En realidad, lo que tú deberías aumentar en los próximos años es gasto corriente. No necesariamente solo de planillas.
¿Más recaudación en el futuro debiera ir a eso?
Si logras incrementar la recaudación en 2% del PBI, no necesariamente debe ir a gasto de capital. Estar en 5% o 5.5% es más que razonable. Tener gasto corriente de menos de 20% implica funcionarios públicos mal pagados, presupuestos que no son suficientes para mantener tu acervo de capital.
Entonces el cambio en recaudación debería ir justamente a eso con una mejor rendición de cuentas, evaluación, etc. Creo que decir que queremos todo en infraestructura es un discurso desconectado un poco de la realidad.
Un punto menos de IGV significa medio punto de déficit adicional y eso debería significar más deuda. El futuro ministro de Economía, Alfredo Thorne, ha dicho que el déficit llegaría a 3% hasta el 2019 y recién ahí empezaría la consolidación hacia el 1% y la deuda llegaría hasta 30%. Recuerdo que en el 2007 Fitch fue la primera calificadora que nos dio el grado de inversión y fue cuando nuestro ratio de deuda bajó de 30%, no sé si fue causa o coincidencia, pero 30% parece un umbral psicológico.
No es solo psicológico, en la última Ley de Responsabilidad de Transparencia Fiscal lo que pusimos es que no podemos romper el umbral de 30% de deuda y si te pasas tienes que decir cómo vas a regresar, es más que psicológico. El año pasado cerramos en 23% y este año vamos a cerrar como en 25%, pero concluyendo el prefinanciamiento para el 2017, en realidad estamos un año adelantados.
¿Es muy arriesgado pensar en subir la deuda encima de 30%?
Más que el nivel, muchos analistas dicen “hagamos boom de infraestructura”, “gastemos más”, “somos muy ortodoxos porque tenemos una deuda muy baja”. Es cierto que tenemos una deuda más baja que otros países con la misma calificación crediticia que la nuestra, salvo Chile, pero en la parte fiscal, tener un déficit más bajo y tener reservas es lo único en lo que le ganamos al resto.
¿Cómo así?
Es como decir que nuestro equipo de fútbol tiene un superarquero y el resto pues ahí está nomás. Y si a tu arquero lo reviertes a liga doméstica probablemente te ganen por goleada, entonces las clasificadoras no solo se fijan en el nivel, se fijan en la tendencia y la velocidad de acumulación y la credibilidad de que eventualmente retornes, eso es en lo que se van a fijar.
¿Eso qué significa en concreto?
Significa que la trayectoria que está mapeada en la responsabilidad fiscal no es la única creíble o sostenible o que si la modificas es el fin del mundo, no, y no porque no es la ley de gravedad, puede haber otra trayectoria que pueda soportar y mantener la credibilidad fiscal del país.
¿Y cuánto pueden desviar esa trayectoria?
No sé cuánto puedes desviarte de esa trayectoria sin que se comprometa la credibilidad fiscal, tu calificación de riesgo o la perspectiva de tu calificación. Eso es algo que va a tener que evaluar de manera integral la siguiente administración y no solo como trayectoria fiscal sino la serie de otras medidas que van a acompañar esto.
Pero las calificadoras van a estar atentas.
Lo cierto es que ahí hay un reto grande porque no va a pasar desapercibido, te lo van a evaluar lo van a mirar, lo están haciendo con lupa en todos los países, incluido el Perú. Hasta ahora hemos podido mantener la credibilidad bien y todo va bien, vamos a ver cómo van con estas alternativas.
La elaboración del presupuesto para el 2017 ya debe estar en diseño y entiendo que se busca un crecimiento menor al visto en los últimos años, ¿pero esta propuesta de presupuesto está alineada con los objetivos que busca la siguiente administración?
Lo que dejamos es una propuesta de presupuesto y la siguiente administración tiene cinco semanas para modificarla y remitirla al Congreso, cinco semanas no es un periodo muy largo, pero tampoco es muy corto y sí pueden hacer cambios en el presupuesto. La restricción no va a venir en el presupuesto, sino en el orden de magnitud.
¿En qué sentido?
La restricción va a ser que tú tienes una trayectoria fiscal mapeada, eso te fija automáticamente un techo de gasto. Entonces si quieren ir por encima de ese techo de gasto, necesitas modificar el marco macroeconómico multianual y necesitan ir al Congreso para que apruebe ese marco y modifique la trayectoria.
LAS CLAVES:
1. Impulso minero. El ministro Segura estimó que el impulso del sector minero a la economía se debería estar diluyendo completamente en el 2018.
2. Inversión. La recuperación de las expectativas empresariales hacen prever, según el MEF, que la inversión privada se debería estar recuperando en el 2017.
3. Empresas públicas. El ministro comentó, además, que es necesario que la próxima administración avance en la mejora de la gestión de las empresas públicas.
4. Aumento salarial. Segura señaló que para fin de año está programado un nuevo incremento salarial para policías y militares.
5. Congreso. El Parlamento, sostiene el ministro, ha aprobado leyes con iniciativa de gasto como el de la jubilación anticipada y el retiro de la CTS para el sector público.
Fuente: Gestión