Petróleos Mexicanos reportó US$ 9,400 millones en pérdidas en el último trimestre del año pasado, al tiempo que la petrolera estatal no logra revertir la caída de su producción y lucha por financiar su abultada deuda.
La petrolera estatal mexicana reportó el lunes una pérdida neta en el cuarto trimestre de 172.400 millones de pesos (US$9.400 millones) en comparación con una pérdida neta de 52.000 millones de pesos en el tercer trimestre.
La producción petrolera de México cayó a 1,62 millones de barriles diarios el año pasado, marcando el tercer año de cuatro de la presidencia de Andrés Manuel López Obrador en la que la producción de crudo ha disminuido, según datos de la Comisión Nacional de Hidrocarburos.
El presidente prometió dar un giro a la gigante petrolera centrándose en campos de aguas poco profundas y en tierra más fáciles de alcanzar, pero hasta ahora, la estrategia no ha dado frutos.
Al mismo tiempo, Pemex lucha para pagar su deuda que se ha elevado al nivel más alto entre las grandes petroleras del mundo. La empresa debe encontrar los medios para pagar alrededor de US$$8.000 millones en deuda que vence este año. Desde 2019, el Gobierno ha proporcionado alrededor de US$45.000 millones a Pemex en inyecciones de capital, exenciones de impuestos y otros esquemas, mientras que ha dicho que podría intervenir si es necesario.
La semana pasada, Bloomberg reportó que Pemex estaba en negociaciones separadas con Goldman Sachs Group Inc. y JPMorgan Chase & Co. para la financiación de al menos US$1.000 millones en deuda garantizada. La medida se produce después de que en enero Pemex emitiera US$2.000 millones en bonos a 10 años que se encontraron entre las deudas nuevas más caras del año. Si bien el alto costo puede explicarse parcialmente por las condiciones crediticias globales actuales, el hecho de que la perforadora buscara aprovechar los mercados de capital internacionales resalta sus problemas.
Pemex también enfrenta un escrutinio cada vez mayor sobre su historial ambiental, social y de gobernanza, por lo que podría tener dificultades para obtener los préstamos que necesita de los bancos que están actualmente aumentan sus requisitos ASG (ambiental, social y de gobernanza corporativa) para el financiamiento.
La compañía ha indicado que se centrará en reducir emisiones de gases de efecto invernadero y el metano de la quema de exceso de gas, así como su historial de seguridad. Sin embargo, tres incendios en instalaciones separadas de la semana pasada, que resultaron en la muerte de cuatro trabajadores, serían un mal augurio para la petrolera en apuros.
Fuente: Bloomberg