El comercio mundial experimenta una reconfiguración, la cual ha traído como consecuencia que las navieras comiencen a firmar alianzas entre ellas para consolidar una gran cantidad de carga de bienes. En esa carrera construyen barcos cada vez más grandes que demandarán puertos y pasos marítimos de gran profundidad. Ese detalle ha impulsado a la Autoridad del Canal de Panamá a ampliarlo y modernizarlo, lo cual va a cambiar el flujo de carga marítima en la región. Conversamos con José Reyes, director de proyectos del Canal de Panamá.
—¿Qué tanto va a cambiar el comercio mundial con la ampliación del Canal de Panamá?
Creo que para responder esta pregunta tenemos que analizar el marco general: vivimos un escenario en el que las líneas navieras están firmando alianzas y pidiendo a los astilleros que fabriquen barcos cada vez más grandes. Esto obliga a que las rutas de gran movimiento se limiten a puertos y pasos que tengan la capacidad para recibirlos, lo que impulsará una mayor cantidad de rutas regionales porque el negocio naviero se basa en economías de escala. En estos momentos pueden haber barcos que hagan servicios directos desde el Puerto del Callao al de Rotterdam o Amberes, pero con la ampliación del Canal de Panamá habrá barcos más grandes que no podrán llegar a puertos de Sudamérica. En ese sentido, con este proyecto cambiarán las rutas comerciales en la región.
—¿Pero qué tanto puede ayudar al comercio y a la economía panameña? Hace poco se han publicado noticias en las que se afirmaba que el peaje del canal se incrementará y esto preocupaba a muchos.
La demanda tiene cierta elasticidad porque segmentamos el mercado. En ese sentido, no a todos se les aplica la misma tarifa, sabemos que los productos que vienen de Sudamérica sienten un gran impacto si se eleva la tarifa hasta en un centavo de dólar, pero no ocurre lo mismo con los cruceros. Ahora, no hay que temer al incremento de tarifas porque tampoco es que sea excesivo, pero sí hay que ser conscientes de que si aumentamos nuestras capacidades, es lógico que los costos de servicios aumenten.
—El año pasado hubo un atraso en las obras de ampliación por discrepancias con el consorcio que ejecuta el proyecto ¿cuál fue el impacto de esta paralización?
Un megaproyecto como la ampliación del Canal de Panamá, con un calado de 18 metros y esclusas por las que pasarán [naves]de un ancho de 33 metros a 55 metros, recibiendo barcos con capacidad de hasta 14 mil contenedores de 20 pies, cuando actualmente recibe barcos de 4 mil contenedores, es difícil que termine en el tiempo inicialmente estimado. Esto por el gran número de partes que intervienen en el proceso. Es cierto que hubo problemas de interpretación del contrato entre el Estado y el consorcio operador, pero eso se solucionó y el proyecto va a completarse.
—¿Cuándo estará listo?
Estamos en capacidad de decir que durante este año ejecutaremos las pruebas de la fase funcional para que esté operativo durante el primer trimestre del 2016 y luego iniciaremos los trabajos complementarios. Hay que recordar que en toda infraestructura hay un proceso de acondicionamiento y dependiendo de la tecnología que se use puede durar entre 1 y 3 años, pero mientras tanto el canal opera. Hay que recordar que el anuncio de la entrada en operaciones de un canal ampliado no significa que inmediatamente va a haber una fila de barcos grandes.
El Comercio