El consejero delegado de la empresa, Iván Arriagada, destacó que el margen de EBITDA (beneficio antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones) se amplió al 52%, manteniendo a Antofagasta en una posición líder entre los productores de cobre. “Hemos logrado otro año de fuerte crecimiento de los ingresos y generación de flujo de caja”, afirmó Arriagada en un comunicado publicado en la página web de la empresa.
Perspectivas optimistas para el cobre
Arriagada también resaltó el papel crucial del cobre en la seguridad energética y la electrificación global. “El mundo necesita más cobre, y nuestros proyectos están en vías de ofrecer niveles líderes en la industria de crecimiento responsable del suministro de este mineral”, señaló. Además, mencionó que el sólido balance financiero de la empresa permite invertir en un crecimiento rentable a medio y largo plazo.
Las previsiones de Antofagasta para 2025 se mantienen sin cambios, con una producción estimada de entre 660,000 y 700,000 toneladas de cobre. Los costos netos en efectivo se proyectan entre 1.45 y 1.65 dólares por libra, lo que refleja un control eficiente de los gastos operativos.
Impacto de las amenazas arancelarias de Trump
Las recientes amenazas del expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer aranceles recíprocos a las importaciones chinas, han generado un impulso en las cotizaciones de las empresas mineras. Los inversores anticipan que estas medidas podrían afectar la cadena de suministro de minerales esenciales como el cobre, el zinc y la plata, lo que a su vez podría aumentar los precios de estos metales.
Antofagasta, como uno de los principales productores de cobre, se beneficia de este escenario. La demanda de cobre sigue siendo fuerte, y las restricciones globales, como la disminución de la legislación y la inflación de los costos de capital (CAPEX), están limitando la expansión del suministro existente. Esto ha llevado a un aumento en los precios del cobre, lo que favorece a empresas como Antofagasta.
Resultados financieros
En 2024, el EBITDA de Antofagasta alcanzó los 3.400 millones de dólares (3.250 millones de euros), un aumento del 11% en comparación con 2023. Este crecimiento se atribuye principalmente a la solidez de los ingresos y al fuerte control de costos. El beneficio antes de impuestos, incluidos los elementos excepcionales, aumentó un 5%, alcanzando los 2.100 millones de dólares (2.000 millones de euros).
El flujo de caja de las operaciones ascendió a 3.300 millones de dólares (3.160 millones de euros), lo que representa un aumento del 8% respecto al año anterior. Los gastos de capital para 2024 fueron de 2.400 millones de dólares (2.300 millones de euros), y se espera que aumenten a 3.900 millones de dólares (3.700 millones de euros) en 2025, en línea con las previsiones anteriores.