El Ministerio de Energía y Minas (Minem) modificó el reglamento de Protección Ambiental para las Actividades de Exploración Minera, en busca de evitar que se retrase la aprobación de autorizaciones para las fases iniciales en la búsqueda de yacimientos mineros.
El viceministro de Minas, Augusto Cauti, indicó que la modificación busca dar predictibilidad en la toma de decisiones y reducir costos transaccionales a los titulares mineros y contribuir a incrementarlas inversiones en el sector. Cauti indicó que se están ampliando los supuestos que no requieren evaluación ambiental previa. Ángel Chávez, especialista en derecho minero del estudio Payet, detalló que la principal novedad de esa norma es que aplica el silencio administrativo positivo, es decir la aprobación automática luego de un plazo en que la autoritoridad no da respuesta, a determinados trámites requeridos para lograr la luz verde a un proyecto exploratorio.
Explicó que esta modificación al reglamento, dispone que el silencio administrativo positivo se aplicará para los casos en que las empresas mineras soliciten una Ficha Técnica Ambiental (FTA), que es una de las tres herramientas que se aplican para la exploración minera.
La FTA se solicita cuando la búsqueda de nuevos yacimientos -en una fase inicial y en su alcance más acotado- ocupará hasta 20 plataformas de perforación, y sin que estas tengan que pasar por el Sistema de Evaluación del Impacto Ambiental General. Al respecto, Chávez consideró que esta es una modificación positiva, pues el silencio administrativo negativo que existía hasta ahora para el esquema de una FTA, podía desde demorar su aprobación hasta tres meses, a llevara la necesidad de tener que aplicar una consulta previa en las áreas que se pensaban intervenir, lo que atrasa aún más los proyectos.
SNMPE
Por su parte, la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE), indicó que era necesario aplicar el referido cambio en ese reglamento, pues las perforaciones que se realizan en un esquema de FTA (en hasta 20 plataformas) en realidad son de muy bajo o nulo impacto ambiental, y de hecho, están fuera del sistema de evaluación del impacto ambiental.
Fuente: Gestión