Apumayo

(Foto: ISEM)

En el sur peruano, la preocupación por los conflictos sociales y los bloqueos de carreteras han desplazado a la inquietud por la demora en los trámites en el sector minero. Pese a ello, este año las empresas vinculadas a la minera invertirán hasta US$ 17 millones en la exploración de yacimientos ubicados en la parte sur del país.

Tenemos como ejemplo a la empresa Apumayo, que sufrió el incendio de sus instalaciones el 2021; pero mantiene la apuesta por el proyecto de oro Ancos (Ayacucho) y negocia “joint ventures” para iniciativas más allá de este metal precioso.

Guillermo Shinno, su gerente general, señaló que las empresas vinculadas a Apumayo tienen concesiones en Ayacucho, Cusco, Apurímac y Tacna. En conjunto, estas firmas invertirán hasta US$ 17 millones en la exploración de estos yacimientos en el 2023. “Estamos privilegiando zonas donde tenemos indicios que puede haber óxidos de oro, que son de nuestro interés”, anotó.

Sin embargo, destacó que algunas de las concesiones también tienen contenidos de cobre y otros minerales. Para su explotación, el ejecutivo reveló que conversan con compañías mineras —la mayoría de ellas internacionales— para establecer “joint ventures” a través de los cuales estas controlarían y operarían los proyectos.

“Hemos firmado convenios de confidencialidad con varias empresas de primer nivel que están interesadas en participar en estos proyectos de cobre, algunos de los cuales son grandes y pueden costar US$ 1,000 millones o US$ 2,000 millones”, expresó.

Y sobre oportunidades de crecimiento inorgánico, el ejecutivo recordó que han recibido ofertas de prospectos de otros países y Apumayo las revisa para determinar si están dentro de la línea de negocios de óxidos de oro, así como para evaluar los aspectos legales y tributarios de esos países.

No obstante, aclaró que están priorizando el desarrollo en Perú, especialmente, de proyectos de sus propias concesiones.

Cierre y proyectos

Sobre su mina Apumayo, en Ayacucho, que operó hasta junio del 2022, Shinno refirió que actualmente la empresa ejecuta el plan de cierre de algunos componentes (botaderos, tajos y parte de la planta); sin embargo, ha disminuido el ritmo de las actividades.

“Las tareas no se han parado, pero sí hemos reducido la cantidad de gente y equipos para las labores de cierre. Aún tenemos amenazas de manifestantes que quieren subir a la operación”, dijo.

Sobre el cierre y poscierre de los referidos componentes, estimó que el proceso tomará alrededor de cinco años. Y más allá del adiós a la mina Apumayo, el ejecutivo recordó que tienen al proyecto de óxidos de oro Ancos (Ayacucho) como un activo para prolongar las operaciones de la compañía en el futuro cercano.

Consultado por el estado del proyecto Ancos, Shinno detalló que el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) se entregaría al Servicio Nacional de Certificación Ambiental para las Inversiones Sostenibles (Senace) en el tercer trimestre del 2023. Hacia el primer trimestre del 2024, esperan la aprobación del documento para solicitar el permiso de construcción al Ministerio de Energía y Minas.

“La construcción tomaría nueve meses y, a inicios del 2025, podría iniciarse la operación, con una vida de mina de ocho a 10 años”, estimó.

Si bien Ancos reutilizará algunos activos de la planta de Apumayo, precisó que este nuevo proyecto requerirá US$ 100 millones para habilitar tajos y zonas de desmonte, construir un nuevo pad de lixiviación e instalar equipos en la planta.

Fuente: Gestión