A pesar de que algunos factores que tuvieron un efecto negativo en el PBI el año pasado aún persisten, Guillermo Arbe, gerente de Estudios Económicos de Scotiabank Perú, cree que económicamente el 2015 será mucho mejor que el 2014. En la siguiente entrevista nos cuenta por qué.
Antes de hablar sobre lo que se nos viene, veamos cómo le fue a la economía en el 2014…
A ver, el 2014 fue un año difícil, en el que se mezclaron temas estructurales, como el deterioro de los términos de intercambio, las dificultades de sectores como el textil, el sobreendeudamiento en parte de las microempresas y otros factores que a pesar de ser positivos, como la interdicción a la minería ilegal, también impactaron de forma negativa en el PBI.
Para junio, el enfriamiento de la economía era evidente, sin embargo, entre sus estimados y los del Gobierno se daba por sentado que la recuperación llegaría en el último trimestre. No fue así y todo indica que crecimos muy por debajo de 3%, ¿le decepcionó la cifra?
Antes que nada debo decirte que los economistas estamos obsesionados con el crecimiento del PBI y que hemos contagiado esa obsesión a todo el mundo. Qué pasó para que la economía no lograra ir a 4% como se había proyectado, además de los factores que te detallé, eso responde a otras dos razones bien puntuales, una de ellos totalmente anómala.
¿Cuáles?
La primera está relacionada con la pesca. El 2014 fue el peor año para la captura de anchoveta desde 1998, cuando ocurrió el Fenómeno de El Niño. No se dio de forma tan desastrosa como ese año, pero golpeó muy duro a las empresas. Lo otro igual de importante fue la fuerte baja de la inversión pública. Es cierto que a inicios del 2014 ya se sabía de los eventos [de corrupción] en Áncash y Tumbes y las investigaciones que involucraban a otros presidentes regionales, empero nadie esperaba que el impacto en el gasto público fuera tan, tan grande.
¿Qué tanto nos afectó?
Mucho, sobre todo en un escenario en el que se esperaba que ayudara a compensar el nulo crecimiento de la inversión privada. Los gobiernos regionales representan el 23% de la inversión pública. Solo a agosto, este indicador en los gobiernos subnacionales cayó 4,3%, pero en regiones como Áncash, Pasco y Cajamarca el retroceso estuvo por encima del 20%. En total fueron 14 de 25 las regiones que registraron un fuerte retroceso en sus niveles de inversión.
¿El Gobierno reaccionó a tiempo para enfrentar la situación?
Lo intentó. En varios de los paquetes hay componentes de gasto importantes en términos de magnitud, pero falló en su ejecución.
¿Se mantendrá esa tendencia este año?
Sí, al menos durante la primera parte. Recuerda que algunas autoridades que han sido reelegidas tienen un proceso de investigación, por lo que es probable que se vuelvan más cautas en su gasto de inversión.
¿Cree realmente que económicamente el 2015 será mejor que el 2014?
De todas maneras. Porque hay sectores como la agroindustria que siguen en auge y algunos factores coyunturales que nos afectaron de manera momentánea, como la interdicción de la minería ilegal (que retrajo la producción de oro) solo se sentirán hasta marzo. Además están las cifras de la pesca. El año pasado fue tan malo que así el crecimiento del sector sea mediocre, será mejor.
¿La mejora será únicamente por un factor de rebote?
No necesariamente. Será por una mezcla de factores, como las medidas del MEF para reactivar la economía.
Antes de entrar de lleno a ese tema, contésteme si el enfriamiento de la economía responde a factores coyunturales, estructurales o a una mezcla de ambos.
A ambos. Los factores estructurales ya se conocían, pero los coyunturales también sumaron. Claro que la caída en el precio de los minerales también afectó mucho la confianza de los inversionistas. Lo vimos en el 2009, cuando los factores de intercambio deterioran la inversión privada. En el 2014 sucedió lo mismo.
¿El ciclo de la gran inversión minera acabó?
Creo, y es la forma en la que me gusta verlo, que el Perú está pasando por cambios en sus ciclos de inversión. En el caso puntual de la minería, este aún no acaba. Ha cambiado en su amplitud e intensidad, pero se mantiene alto. Pese a todo lo que sucedió, el 2014 fue el segundo año de mayor inversión minera en la historia del Perú.
De acuerdo, pero lo que preocupa es que no hay anuncios de nuevos megaproyectos. Hasta el 2013 se realizaban hasta dos por año…
Es cierto. Y como te decía el Perú está registrando un cambio importante en su ciclo de inversión. Lo que ha pasado con el sector minero es que desde el 2014 el ciclo ingresó a su fase descendente y no hay otros proyectos como los que vimos en el pasado porque, además, tampoco hay alicientes para generarlos.
Eso significa que a futuro no tenemos otro ciclo minero con qué reemplazar al actual.
No, no hay, pero felizmente se ha avanzado en las licitaciones, concesiones y se han realizado otros trabajos previos que darán pie a un nuevo ciclo, un ciclo de infraestructura.
Entonces habrá un bache.
Ya estamos en ese bache. Parte de lo que estamos viendo es producto del reacomodo natural entre el fin de un ciclo y el inicio de otro.
¿Cuánto va a durar ese reacomodo?
Hasta tres trimestres.
¿Cuándo se dejarán sentir sus efectos y cuál será el impacto del nuevo ciclo en el PBI?
Lo más seguro es que hacia el último trimestre. Los proyectos licitados entre el 2013 y 2014 representan hasta un 9% del PBI, por lo que podrían agregar entre 1 y 2 puntos porcentuales entre el 2015 y el 2019.
Eso en el mejor escenario. Se habla de algunos retrasos en el inicio de algunas megaobras…
Es verdad, pero somos optimistas porque no hay otro ciclo minero en camino que reemplace al actual.
¿Cree que la economía crecerá 5%?
No falta mucho. De hecho esa es nuestra proyección. Habrá un rebote natural por el bajo crecimiento que experimentaron algunos sectores en el 2014. Y hay altas posibilidades de que se sumen los proyectos de infraestructura y la puesta en operación de Toromocho.
¿Los cuatro paquetes reactivadores que lanzó el MEF tendrán algún impacto?
Las medidas tiene dos componentes importantes. Inyectan más recursos para estimular la demanda (como la liberalización de la CTS) y dinamizar la inversión pública. En el primer caso, ha funcionado. Si hablamos del segundo aspecto, la situación es compleja, pues el problema está en que tenemos un Estado incapaz de implementar una política fiscal keynesiana. Y de nada te sirve tener más dinero para gastar si no lo gastas.
Por eso no han tenido, al menos hasta el momento, gran impacto.
Sí. El Estado ha incorporado una buena masa de funcionarios competentes, pero no en la magnitud que se necesita para actuar en una coyuntura como la actual. Además sus instituciones no siempre conversan entre sí y eso es otra gran limitante para la inversión. Los ministerios, las diferentes entidades del Estado, las municipales, todos tienen trámites que contradicen al otro o que se duplican.
Parte de ese problema el Gobierno lo intentó corregir reduciendo algunos trámites, sin embargo aún no logra recuperar la confianza de los inversionistas. Eso sorprende…
Es que estamos en una coyuntura distinta. Esos problemas estructurales siempre han existido, pero en una etapa de crecimiento boyante, el inversionista siempre va a priorizar su expansión, porque las altas tasas de crecimiento compensan de alguna manera esas fallas. Cuando las cosas cambian, esos riesgos pesan mucho más y reconsideran sus inversiones o actúan con mayor cautela.
Más que bajar el IR, dijo que lo mejor hubiera sido reducir el IGV. ¿Por qué?
Porque el efecto es más inmediato y ayuda al menos inicialmente a reducir la informalidad. Entiendo que se optó por el IR, pues era conveniente para los intereses del Perú de formar parte de la OCDE. Sin embargo, el riesgo que se genere un déficit fiscal permanente es alto y con ello estarías sacrificando tu crecimiento de corto por el de largo plazo.
¿Qué otros riesgos ve para la economía?
Por el lado externo a pesar de que aún no hay fecha, es la posibilidad de que EE.UU. empiece a elevar su tasa de referencia (‘tapering’). Ello elevará el financiamiento y distorsionará el mercado cambiario. En lo que respecta al mercado interno, es lo que mencionabas al inicio, que parte de las obras que darán inicio al nuevo ciclo de inversión en infraestructura se retrasen.
¿Qué error que cometió en el 2014 no debería repetir este año el Gobierno?
Más que hablar de algún error, diría que una de las grandes debilidades es la falta de institucionalidad que nos empieza a afectar por todos lados y a todo nivel. En los últimos quince años, la velocidad de crecimiento fue tal que el problema de institucionalidad quedó muy atrás, sin embargo ahora es un gran obstáculo para que sigamos creciendo. Si no se hace algo o se actúa más decididamente no tendremos la posibilidad de crecer sostenidamente ni de recuperar las tasas de expansión de antaño, por lo que es difícil saber lo que pasará entre el 2016 y el 2020.
DATOS
► El Scotiabank estima que la economía peruana crecerá 5% este año.
► 28% del PBI del país representa la inversión (pública y privada), que es una base bastante alta sobre la cual seguir creciendo.
El Comercio