La violencia llegó a la ciudad de Arequipa durante el primer día de paro de 72 horas en apoyo a los pobladores del Valle de Tambo que protestan contra el proyecto minero Tía María.
Un grupo de manifestantes atacaron varios vehículos en el centro de la ciudad dejando a las unidades con las lunas destrozadas.
En el distrito de Paucarpata un piquete de protestantes pincharon las llantas de un automóvil, algunas personas llamaron a una radio local para denunciar en el distrito de Mariano Melgar una turba lanzó piedras contra un colegio.
Al medio día diversos sindicatos y pobladores del Cono Norte de la Ciudad, se reunieron en la Plaza de Armas de la Ciudad Blanca gritando arengas contra la minería y en contra del gobierno central.
A esta hora del día los transportistas optaron por guardar sus unidades para evitar ser atacados por grupos radicales.
Las labores en las universidades privadas son con normalidad, por su parte el grupo de alumnos que tomaron la Universidad Nacional de San Agustín marchan hacia el centro de la ciudad.
BLOQUEOS
Hasta el momento el primer día de paro regional se caracteriza por el bloqueo de vías de ingreso y salida de la ciudad de Arequipa, vecinos del Cono Norte tomaron el puente Añashuayco en la vía que lleva a la carretera Arequipa-Puno y Cusco.
En el distrito de La Joya la carretera Panamericana Sur ha sido bloqueada dejando decenas de vehículos varados.
Mientras que en el Valle de Tambo el paro continúa, ya son 50 días de bloqueos de vías y marchas contra el proyecto minero Tía María, se estima perdidas por 300 millones de soles en la provincia de Islay.
Las labores escolares fueron suspendidas por los directores de los centros educativos, causando inconvenientes a los padres de familia que llegaron a los planteles a dejar sus hijos y qué encontraron las puertas cerradas.
Enfrentamiento
En Cocachacra se registraron enfrentamientos entre la Policía y los denominados “Espartambos”, los antimineros lanzaron piedras, botellas y una llanta con fuego a los agentes que respondieron con bombas lacrimógenas.
La República