Mandataria electa asumirá la presidencia el 11 de marzo del 2014. Un 53% de los votantes no acudieron a las urnas.
(Reuters) La socialista Michelle Bachelet será la presidenta de Chile por segunda vez, después de haber obtenido una victoria arrasadora que mostró el apoyo popular a su ambiciosa agenda de reformas para acortar la brecha entre ricos y pobres.
Bachelet, de 62 años, triunfó en una segunda vuelta con un 62.16% de los votos, el mayor porcentaje logrado por un candidato desde el retorno a la democracia en 1990.
El triunfo fue tan rotundo que su rival derechista Evelyn Matthei reconoció su derrota cuando aún no se computaban ni la mitad de los votos. Más tarde, la felicitó en persona. Matthei obtuvo un 37.83% en una votación con un fuerte nivel de ausentismo. Fue la peor elección de la derecha en unas dos décadas.
“Este Chile ha decidido que es momento de iniciar transformaciones de fondo, con responsabilidad y con energía”, dijo Bachelet en un acto con sus seguidores. “Hoy abrimos una nueva etapa (…) debemos ponernos un desafío mucho más alto”.
Pese al fuerte respaldo del electorado, Bachelet no tendrá en el Congreso la sólida mayoría necesaria para llevar adelante algunos de los cambios prometidos y tendrá que demostrar cintura para tejer alianzas con la oposición.
Bachelet, que asumirá la presidencia el 11 de marzo, es la primera mandataria en gobernar por segunda vez en Chile desde el fin de la era Pinochet.
Con una llamada telefónica, el saliente presidente conservador Sebastián Piñera felicitó a la pediatra por su triunfo. Otros mandatarios de la región, como el mexicano Enrique Peña Nieto, enviaron sus saludos por Twitter.
La abstención de un 53% no parece haber sido un obstáculo para la líder socialista, a pesar de que le jugó una mala pasada en la primera vuelta.
Elevada abstención desata polémica
La secretaria general de Gobierno, Cecilia Pérez, sostuvo que “nadie” puede cuestionar la legitimidad del sistema electoral luego del alto nivel de abstención en los comicios.
Importantes personeros del ámbito público chileno como los ex presidentes, Patricio Aylwin y Ricardo Lagos y el secretario General de la OEA, José Miguel Insulza manifestaron su adhesión a cambiar el sistema de voto voluntario a uno obligatorio.
“Yo estuve disponible para que se suprimiera la obligatoriedad si conseguíamos la inscripción automática. Creo que fue un error, creo que fue un error. Creo que la obligatoriedad del voto (…) debería estar registrado en la constitución aunque no se sancione, aunque no haya sanciones claras”, señaló Insulza.
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