ProActivo
Discurso de Elena Conterno, presidenta de IPAE
Hoy nos toca enfrentar situaciones complejas. Que sea CADE un espacio de reflexión.
Las protestas de los países vecinos y del mundo entero dan cuenta de una ciudadanía que exige más democracia y más equidad. Perú ha logrado avances importantes en reducir la pobreza y dar acceso a los servicios básicos, pero estamos aún muy atrasados en la calidad de los servicios, así como en institucionalidad.
Tenemos también la lamentable falta de transparencia de empresas en el financiamiento de partidos políticos de distinta tendencia. Financiamiento hoy felizmente prohibido. Los hechos conocidos recientemente no dañan solo a una empresa, sino al sector empresarial en su conjunto. Queremos decir fuerte y claro que rechazamos estos actos ausentes de transparencia y esperamos que no se repitan jamás.
Estos hechos nos deben consternar a todos. Estos hechos nos reiteran que tenemos una institucionalidad frágil. Estos hechos nos resaltan que los beneficios de la economía de mercado y el sistema democrático NO están llegando a todos los peruanos.
Como empresarios, como políticos, como autoridades, como líderes, hoy nos toca reconocer con humildad que en muchas ocasiones no hemos tenido a todos los peruanos y la ética al centro de nuestras decisiones. Nos toca reconocer que tenemos un trabajo pendiente muy grande para lograr oportunidades para todos los peruanos.
Pero tenemos también un país que se une para alentar a su selección y mostrarle al mundo “cómo no te voy a querer”, que se siente orgulloso de las conquistas de su cocina, que se enaltece cuando organiza eventos de manera impecable como los Panamericanos. Cuando queremos, podemos.
Tenemos también empresas peruanas con propósito que han decidido contribuir de manera decidida al logro de los objetivos de desarrollo sostenible, otras que toman fuerte posición en combatir la discriminación por género, raza u orientación sexual, así como aquellas que mejoran día a día pensando en sus colaboradores y sus pequeños proveedores.
Frente a la compleja situación que enfrentamos, podemos buscar la culpabilidad en el adversario, criticar a quien tenemos al frente y polarizarnos aún más como sociedad.
Podemos también unirnos frente al reto de poner al ciudadano y la ética al centro de nuestras decisiones, y en particular al centro del funcionamiento del Estado, los partidos políticos y las empresas.
En este contexto, resulta totalmente pertinente y urgente el tema de esta edición de CADE: “Perú: Una economía de mercado para todos”. Literalmente para todos. Ese es nuestro gran reto, construir un Perú en que todos, por el solo hecho de haber nacido acá, tengan suficientes oportunidades para poder desarrollarse.
Cambiemos, que no nos tome 200 años más ser un Perú para todos.
En la Conferencia que empieza hoy reflexionemos, escuchémonos, y pensemos con empatía en los retos que tenemos por delante. Pensemos también en cómo debemos cambiar a nivel personal, como empresa, y como sociedad. La reflexión no concluirá en esta Conferencia, pero ojalá marque un punto de inflexión, un antes y un después, en que coloquemos a todos los peruanos y la ética al centro de nuestras decisiones.
Somos conscientes y comprendemos la expectativa puesta sobre CADE y también somos conscientes de las críticas. Somos conscientes que hay una legítima preocupación de que los líderes empresariales, políticos y de la sociedad civil seamos cada vez más activos en construir oportunidades para todos. Y, asimismo, que seamos cada vez más fuertes en condenar toda acción que nos aleje de avanzar hacia ello.
Desde IPAE reforzaremos la cruzada por la integridad que viene impulsando Empresarios por la Integridad, la educación ciudadana desde la escuela a través de CADE Educación, la formación de jóvenes en valores a través de CADE Universitario, y pondremos más énfasis en lograr reformas a nuestro sistema político y judicial.
Hace 40 años, en el CADE de 1979, Jorge Basadre dijo: “Sí hay un camino viable para el Perú, no en un futuro impreciso, sino en los días y años inmediatos, es decir sí existe la factibilidad para que nuestros hijos, los hijos de todos, vivan mejor que nosotros”.