La Alianza del Pacífico es una de las plataformas de integración más importantes en el mundo, pues permite a los países negociar acuerdos bilaterales fuera del bloque, promover de una manera inédita un acompañamiento activo del sector privado, además de elevar los estándares de competitividad de los países mediante el intercambio de conocimiento y buenas prácticas internacionales.
El apoyo de CAF -banco de desarrollo de América Latina- a la Alianza del Pacífico está orientado a varios puntos estratégicos.
El primero, y quizás uno de los más destacables, consiste en realizar aportes al fondo de infraestructura que proponen los miembros de la Alianza, con el fin de viabilizar inversiones en el sector de los cuatro países, que les permitan explotar eficientemente las ventajas derivadas de este esquema de integración.
En este ámbito, CAF pondrá a disposición toda su experiencia acumulada en el tema y, en especial, su nueva propuesta para articular la integración estructural de la región mediante el desarrollo de corredores logísticos para la productividad.
El acompañamiento de CAF también se dirige a la gestión institucional, donde se ofrece apoyo para lograr un arreglo institucional que se ajuste a las crecientes demandas de coordinación de la AP.
Una necesidad adicional del grupo de naciones, tiene que ver con el manejo de la cooperación extra-bloque, conceptualizando una metodología para evaluar, priorizar y canalizar los recursos de cooperación ofrecidos por unos 53 países observadores.
En una de sus intervenciones en los foros de la Cumbre, el Secretario General de CAF, Víctor Rico, manifestó que CAF tiene un elevado compromiso de contribuir a la Alianza del Pacífico y a sus estados miembros.
“Considero que, respecto a la actual situación en la que los beneficios de la globalización están puestos en duda, la Alianza es lo suficientemente innovadora y flexible para jugar un papel clave en la armonización de las distintas formas de cooperación, complementación y coordinación”, puntualizó Rico.
La participación de CAF en esta alianza está orientada a la integración como un vehículo para el crecimiento económico y una mejora en el bienestar en la región.
Es un enfoque pragmático orientado a las necesidades detectadas en el terreno, con la participación de múltiples actores e intervenciones destinadas a destrabar cuellos de botella que permitan una mayor fluidez y cooperación entre países, para el desarrollo productivo y cadenas de valor.
La importancia de esta Alianza radica en fortalecer la presencia de Latinoamérica en los mercados globales, toda vez que concentra cerca del 40% del Producto Interno Bruto (PIB) de América Latina y el Caribe, 57% de su comercio y 38% de la captación de inversión extranjera directa.
Por esta razón, CAF se ha fijado entre otros objetivos, jugar un rol de facilitador en esta apuesta de integración que cada día gana más interesados como lo han manifestado Ecuador y Corea del Sur.
Fuente: Andina