Según María-Noel Vaeza, directora regional de ONU Mujeres para las Américas y el Caribe, el liderazgo de las mujeres indígenas a nivel global “es clave para alcanzar el desarrollo sostenible, la justicia y la prosperidad de nuestras sociedades”, tal como sucede en el Bajo Urubamba de Cusco, donde las maestras artesanas han desarrollado su arte de tejidos para exportarlos, aprovechando iniciativas privadas como las de Camisea en la zona.
Ellas elaboran carteras, manteles, entre otros productos, con temáticas de sus etnias yine y matsigenka. Por eso, el Congreso de la República les entregó un reconocimiento por su trabajo en el 2019. “Yo misma aprendí a tejer, por curiosidad, mirando. La cushma (vestimenta o túnica) representa el carácter de la persona. Esto no es solo un tejido, es nuestra herencia”, sostiene Teresa Sebastián, una de las maestras artesanas yine que preservan el arte de sus pueblos originarios, pese a las complicaciones de la pandemia.
Las mujeres indígenas han sido parte muy importante en las luchas de sus pueblos y son reconocidas como garantes de la cultura. Ellas ostentan la técnica milenaria del telar de cintura del Bajo Urubamba, ubicado en el corazón de la Amazonía cusqueña, y, además, son traductoras de las lenguas yine y matsigenka que existen en esta región, logrando salir adelante y preservando su herencia cultural.
Un grupo de 140 maestras del Bajo Urubamba, que comunican y exponen el arte del telar de cintura de generación en generación, se benefician con el Programa de Apoyo al Desarrollo de la Artesanía Matsigenka – Yine, que financió Camisea con una inversión de S/ 784 mil soles en los últimos años, y se logró mejoras en la calidad de vida de sus familias y oportunidades para sus comunidades.
“Si no existieran los traductores quizá no se difundirían los dialectos indígenas”, afirma la traductora Rittma Urquía, natural de Miaría, una comunidad yine ubicada a orillas del río Urubamba, en Cusco. Para ella, la traducción es otro de los roles fundamentales que las mujeres juegan sus comunidades para derribar múltiples obstáculos, como el acceso a la educación, el turismo, y la transmisión de historia y cultura.
Rittma Urquía colaboró con la edición del “Libro de nuestra selva”, una colección de cuatro cuentos bilingües, escritos en lenguas yine y matsigenka y traducidos al castellano, que fue editado por Pluspetrol, operador de Camisea, con el objetivo de preservar historias de etnias nativas del Cusco que durante cientos de años solo fueron transmitidas de forma oral.