Camisea

(Foto: GEC)

Desde que comenzó la cuarentena, Camisea implementó protocolos con altos estándares sanitarios para evitar los contagios de la COVID-19. Gracias a esas medidas, la planta en Paracas dedicada al fraccionamiento de líquidos de Gas Natural y la planta de gas Malvinas, ubicada en el Bajo Urubamba, han continuado operado de forma segura e ininterrumpida para nutrir de energía a miles de hogares, comercios, industrias y vehículos. De hecho, casi el 50% de la energía eléctrica del Perú se genera a partir del gas de Camisea.

Con la expansión de la enfermedad y para evitar los contagios, Camisea decidió redoblar sus esfuerzos. Además de entregar recursos para fortalecer la labor médica en sus zonas de influencia, aplicó un nuevo protocolo para el traslado de sus trabajadores que evita cualquier contacto con la comunidad. A continuación, se detallan las medidas de sanidad para una operación segura.

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Equipos médicos para las comunidades

Camisea se sumó a la lucha contra la pandemia financiando la compra de equipamiento médico para el Hospital San Juan de Dios (Pisco). Además, destinó parte de los S/100 millones del Compromiso Marco para que los municipios de Pisco y Paracas adquirieran mascarillas y víveres para la población vulnerable, respectivamente.

El Consorcio también reafirmó su compromiso con las comunidades indígenas del Bajo Urubamba apoyando en el transporte y la entrega de insumos médicos a la Micro Red de Salud de la Comunidad Camisea. Asimismo, facilitó la entrega de mascarillas, jabón y detergente al Comité de Gestión del Bajo Urubamba para la prevención del contagio y brindó apoyo en la transmisión de consejos en las lenguas originarias yine y matsigenka.

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Fuente: El Comercio