7-1.gifLa explotación del uranio y su uso para diversificar nuestra matriz energética, tal como lo plantea el Congreso de la República, fue abordada por el presidente del Instituto Peruano de Energía Nuclear (IPEN), Carlos Barreda, en entrevista con ProActivo.

¿Tenemos suficiente uranio para desarrollo energético?
Perú es un país privilegiado en uranio. Somos fuente de esa riqueza desde el imperio de los Incas.
El uranio empieza a buscarse y conocerse luego de la segunda guerra mundial y se sabía desde la década del 50, que poseíamos uranio y ese atractivo es de interés nacional y mundial.
Por ejemplo, en Francia, el 80 por ciento de su energía eléctrica procede de reactores nucleares; lo mismo en Alemania, Estados Unidos, Argentina y Rusia. Pero su uso tomó décadas en desarrollo de tecnología, especialización e investigación.
Desde entonces, Perú tuvo acuerdos y apoyos internacionales y se desarrollaron investigaciones, pero nunca se llegó a explotar comercialmente el uso del insumo para reactor nuclear. El uranio debe ser procesado y hoy carecemos de tecnología para hacerlo.

Brasil ya enriquece uranio.
Claro. Brasil es una experiencia exitosa, no se quedó sólo con su etanol, sino que tiene toda su matriz de energía diversificada. Y en Perú tiene proyectos de centrales hidroeléctricas, concesiones para explotar carbón, petróleo y gas; rápidamente ha tomado un rol protagónico en la región, hace algunos años era Argentina.
Ayuda mucho a esto los objetivos hegemónicos a largo plazo que tenga el país, no interesa quién esté de turno, si sabemos a dónde queremos llegar. Brasil logra esos avances a corto plazo.
Chile está haciendo algunas investigaciones; cuando juró la presidenta Bachelet declaró que no iba a tomar decisión de Estado en energía nuclear pero, sin perjuicio de ello, ha desarrollado estudios importantes de qué impactos tendría para su país el uranio, no sólo en costos y contribución de energía eléctrica, sino también qué pasaría con los residuos radiactivos y el resto de fuentes de energía.
El nuevo gobierno de Chile ya tendrá los estudios que le permita decidir si va adelante en el uso de energía eléctrica comercial a partir de reactores nucleares. Ese tipo de acciones son importantes.

¿Considera positivo incorporar la energía nuclear a la matriz energética?
Sí. Debemos seguir experiencias exitosas si son para diversificar la matriz energética lo más que se pueda y no se tenga dependencia. Son decisiones de mediano y largo plazo para tener la certeza que el uranio que se extraiga pueda ser o no comercial. Lo otro, es tener el conocimiento, contar con personal formado en esa tecnología.
Pero debemos también concienciar la cultura de seguridad. No podemos continuar con la gracia de Dios y que no nos ocurran desgracias. Usted sabe, que si se dejan muchos tomacorrientes conectados habría la posibilidad de cortocircuito; imagínese qué ocurriría con el manejo de energía nuclear.
En lo de las placas de Rayos X, los niveles de exposición que tiene el personal que las manipula y el paciente supera “n” veces el mínimo permitido. Por eso la cultura de seguridad es básica.
Se precisa de más difusión de los conocimientos del tema. Como cuando un ciudadano diligente va a comprar un electrodoméstico, compara, pide garantías, coteja precios y ve la mejor opción.
En el caso de uranio, debería hacerse lo mismo en los servicios médicos, industrias, porque la aplicación de la energía nuclear tiene muchísimos propósitos. ¿Es bueno que Perú incursione en esto? Sí, pero es bueno hacerlo ya, que no hacerlo nunca, y hay que seguir los mejores ejemplos. Las decisiones tienen que ser eficientes.

El Ingemmet y el uranio

Sobre la confidencialidad de los estudios geológicos de uranio, el presidente del Ingemmet, Walter Casquino, afirmó que “de ninguna manera podemos firmar convenios para que la información sea confidencial de por vida”.

Agregó que los periodos pueden ser de cuatro o cinco años, para luego ser puestos a disposición de la sociedad peruana.

Trajo a colación que con la representación japonesa, están desarrollando estudios sobre las posibilidades de generación geotérmica en Tacna. “Ellos financiaron parte de este estudio y nos han pedido confidencialidad por dos años. Llevamos un año y nos falta un año para que esa información pueda ser liberada”.