ProActivo | Carlos Castro, gerente de Asuntos Corporativos y Desarrollo de Negocios de Minera Las Bambas, invocó a valorar las competencias que tienen las empresas mineras para lograr la excelencia en estándares ambientales y la planificación a largo plazo.
“Como cualquier empresa formal seria, en el caso de Las Bambas, cumplimos con todos los estándares y normativas ambientales. Pero esta relación requiere ir más allá. Hay que saber informar, compartir, interactuar y escuchar, sobre todo, las preocupaciones que pueda haber. Eso efectivamente puede generar alguna controversia”, aseguró Carlos Castro durante el panel Vulnerabilidad y oportunidades en el sector energético en el Perú en el marco de la Gala de Premios ProActivo 2023.
El gerente de Asuntos Corporativos y Desarrollo de Negocios de Minera Las Bambas resaltó la riqueza mineralógica de Perú presente en las poblaciones alejadas del Estado, por lo que consideró que el rol de las mineras sobrepasa a cumplir el nivel excepcional de estándares del medio ambiente en sus operaciones. “Esto representa una oportunidad para hacer más eficiente la interacción con las comunidades y transformarla en desarrollo sostenible”, dijo.
Separar fenómenos sociales de actos de violencia
Al referirse a las vulnerabilidades del país, dijo que los riesgos sociopolíticos podrían restar el interés de los inversionistas, por lo que recomendó separar los fenómenos sociales de los ilegales y violentos. “Creo que es necesario diferenciar lo que puede ser un riesgo asociado a un fenómeno social, que podría enfrentarse con mejores mecanismos de diálogo y desarrollo; de otro vinculado a las acciones de carácter ilegal, incluso violentas. Ambos requieren tratamientos diferentes”, señaló.
Indicó que como país hemos atravesado por situaciones de mucha confrontación que han tenido severas afectaciones como en el caso de Las Bambas. “Solamente como consecuencia de acciones de este tipo, ilegales, Las Bambas se vio obligada a paralizar su producción durante 70 días”, relató.
En esa línea, Castro explicó que el fenómeno social detrás, es el impacto que hay en la población. Las Bambas representa cerca del 75 % de la actividad económica de Apurímac, por lo que cuando detienen su producción no solo se ven afectados sus empleados y contratistas, sino también la población. “Ese es el verdadero fenómeno social que tenemos que defender. Las operaciones mineras no pueden estar expuestas impunemente a las acciones ilegales o violentas”, demandó.
Ruta logística: vulnerabilidades y oportunidades
Carlos Castro también contó que hay 722 kilómetros de recorrido desde la unidad minera, ubicada en los distritos de Challhuahuacho, Tambobamba y Coyllurqui, provincia de Cotabambas; y el distrito de Progreso, provincia de Grau, en la Región Apurímac, a unos 4.300 metros sobre el nivel del mar; hasta el puerto Matarani, donde exportan su producción.
Esto representa un gran reto logístico para la compañía y su sostenibilidad, de la cual se podrían generar ciertas vulnerabilidades y retos de carácter de impacto ambiental. “La unidad minera está ubicada en Apurímac y pasamos por tres regiones. En el trayecto hacia el puerto transitamos por la región Cusco y finalmente por Arequipa”, sintetizó.
Precisó que, entre Apurímac y Cusco, Las Bambas interactúa con más de 70 centros poblados y comunidades que aunque no son de influencia directa, por su ubicación y lejanía genera la oportunidad de tener una presencia que promueva un desarrollo sostenible en las poblaciones con las cuales interactúa. “Tanto en el lado de operaciones, como en el lado de la ruta logística”, manifestó.
El gerente comentó que dicho esquema es un “reto enorme”, similar a la interacción armoniosa que se da entre la empresa, sus casi 8 mil contratistas y las 75.000 familias beneficiadas gracias al empleo en Apurímac. La misma armonía se mantiene en el transporte del concentrado: 125 camiones por vía terrestre hasta la Estación de Transferencia de Pillones y luego en tren hasta el puerto ubicado en Islay.
La minería es el principal aliado para el desarrollo
Al referirse a las oportunidades que brinda la minería, Carlos Castro dijo que las empresas de este sector son expertas en planificación a largo plazo y a establecer una operación minera en situaciones completamente inhóspitas, por lo que reúne los atributos para ser el principal aliado para el desarrollo del país. “Tienen un equipo humano y un talento super bueno, esa experiencia se traslada al desarrollo social transformacional”, señaló.
En ese sentido, invocó a seguir trabajando donde hay brechas de infraestructura o de capacidades porque es una responsabilidad que trasciende a cualquier empresa minera y de otro rubro en general.
Añadió que para lograr resultados se requiere el liderazgo por parte del Estado junto con todos los actores presentes en sus respectivos territorios para así elevar los niveles de eficiencia social. “Todos, empresas mineras, proveedores, alcaldes, gobernadores y gobierno central, necesitamos asumir con mayor responsabilidad el trabajo en forma colaborativa; y fijarnos estándares e indicadores que busquen resultados más retadores justamente pensando en esa población”, puntualizó.