PUTINA. LOS POBLADORES DE LA COMUNIDAD DE ANANEA, ANCESTRALES CRIADORES DE CAMÉLIDOS, AFRONTAN UNA TEMIBLE AMENAZA.

Los escasos pastizales del lugar se están secando y la zona ha sido invadida por la minería ilegal, avalada por autoridades que en vez de reprimirla permiten perpetrar atrocidades medioambientales.

La penosa realidad se percibe desde el sector Chimpa Cucho –en pleno centro-, donde se han instalado lavadores de carros que succionan la poca agua desde los manantiales que discurren aún, hacia pozos cavados a cielo abierto. Más allá inician los chutes de la minería ilegal.

José Mendoza Sosa sostiene que ya no existen ojos de agua porque la Municipalidad de Ananea otorgó permiso a los que lavan carros. “La comunidad no ha sido ni comunicada, estos lavaderos echan sus grasas y basura, este lugar no da para más”.

Esa es solo la bienvenida a este drama. A lo largo de esos terrenos se ve cómo los pastizales que yacían como sábanas en el altiplano, hoy parecen costras secas, champas sin de tierra y lamas de relaves mineros.

El presidente de la comunidad, Rogger Alata Zúñiga, refiere que estos actos se denunciaron desde el 2014, pero que debido cuestiones inexplicables las autoridades no actúan. La Policía, Fiscalía, Juzgado de Ananea, DREM y la ALA parecen parcializados a favor de la ilegalidad.

“La comunidad no autorizó el uso de terreno superficial, pero hay concesiones que operan, la DREM haya dado reinicio de operaciones. Han permitido que farsantes se hagan pasar como propietarios con documentos falsos, debería ser al revés, que si el Poder Judicial resuelve a su favor, recién podrían hacer sus trámites, acá es al contrario”, explica.

La Comunidad de Ananea tiene 59 socios, quienes son propietarios ancestrales de terrenos en un área que supera las 7 mil hectáreas. “Tenemos personería, Resolución desde 1977, ¿pero de qué nos sirve?, ¿Acaso puede ver animales por esta zona?, nos hemos visto obligados a llevar el ganado donde haya pastos, acá ya lo han secado todo, siguen haciendo pozos para sacar con motobombas, y se lo llevan a sus chutes; ni la ALA ni la DREM hacen nada”, enfatiza.

Podemos ver que en las parcialidades adyacentes, hay un enorme movimiento de tierra y relaves. Las maquinarias pesadas han cavado profundos hoyos y volteado el material, los pastizales aún verdes son champas que en poco tiempo se mezclarán con los relaves que ya se depositan.

OASIS PESTILENTE

En Chimpa Cucho también opera una laguna de oxidación, la cual se ubica en medio de lo que fueron pastizales. Allí se pueden ver perros muertos y agua contaminante que se desplaza de las cloacas. Esta planta no trata las aguas residuales y contamina con impunidad todas esas zonas.

Marcial Quispe Huarilloclla sostiene que hasta hace unos 4 años él como sus vecinos pasteaban su ganado en la zona, pero la Dirección Regional de Energía y Minas (DREM) permitió que varios mineros operen con sus concesiones sin que se respete el medio ambiente.

“Nos hemos quejado pero no hacen caso, acá más pesa el oro. Pero eso sí, si tú como comunero vas a tramitar el permiso para que uses tu agua te hacen difícil. Debería ir a la ALA (Autoridad Local del Agua) o ANA (Autoridad Nacional del Agua), preguntar qué hacen”, refiere impotente.

CIERRE DE MINAS

Juan Argandoña, asesor legal de la Comunidad Ananea, nos cuenta que el gran problema se da en la inacción de la DREM, la ALA, y la Fiscalía de Medio Ambiente, porque permiten que la poca vida que existe en Ananea se extermine.

El letrado explica que la DREM debería hacer cumplir las normas que condicionan la formalización minera, ya que la actividad minera que se asienta en Ananea, Chaquiminas, Sallani, Pampa Blanca y otras zonas, no realiza sus labores de cierre, es decir, no remedian sus pasivos ambientales. “Explotan el material de la zona, hacen movimiento de tierra, se llevan el oro y dejan la zona en completa contaminación”, precisa.

CIERRE DE MINAS  

Sostiene que los comuneros han elevado documentos y memoriales a las autoridades y también hicieron llegar múltiples quejas, pero en vez de reprimir la actividad ilegal, permiten que esta opere con impunidad.

“Todavía, se ha cedido, los comuneros están de acuerdo en negociar para que tengan uso del terreno superficial y se les dé el reinicio de operaciones. Lo que piden a cambio es que la DREM haga respetar los “cierres de minas”. Todas esas zonas están como cráter, parece que hubieran caído meteoritos, puros huecos; los directores les permiten que muevan sus tierras y luego se vayan, así lo dejan, todo contaminado”, protestó el abogado, quien explicó que la norma obliga a las empresas extractivas que recuperen la zona donde realizan la explotación.

SE HARTARON

Los comuneros ya están hartos, el fin de semana se han reunido y acordaron tomar acciones drásticas. Llevarán los actuados a Lima ante las autoridades de Energía y Minas, Poder Judicial, Fiscalía de la Nación y la ANA. “Nos van a tener que escuchar”, advirtió Alata Zúñiga.

Fuente: Sin Fronteras