PICHANAKILa muerte a balazos del estudiante Ever Pérez Huamán durante las protestas en Pichanaki (Junín) y la toma de un aeródromo de la petrolera Pluspetrol en el distrito de Andoas (Loreto) no hacen más que confirmarlo: hay regiones del país que son como un cargamento altamente explosivo en cuenta regresiva.

Arequipa, Piura, Puno, Apurímac y Loreto son los departamentos donde la posibilidad de que existan enfrentamientos es alta, no por el número de conflictos reportados en estas zonas, sino por las complejas diferencias que enfrentan a sus protagonistas.

Rolando Luque, jefe de la Oficina de Conflictos Sociales de la Defensoría del Pueblo, asegura que en estas regiones la tensión ha ido creciendo por las movilizaciones y medidas de fuerza adoptadas. “[Estos casos] son complejos, demandan un mayor análisis y una intervención eficaz”, afirma.

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Agrega que, siendo este un año preelectoral, los conflictos podrían ser avivados por dirigencias radicales que pretenden usar las demandas insatisfechas como plataformas políticas.

La Oficina Nacional de Diálogo y Sostenibilidad reporta, en su informe de febrero, 41 conflictos en tratamiento y 109 en prevención en todo el país. Para la Defensoría del Pueblo, los cinco que se detallan son los que requieren atención urgente.

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El Comercio