imagen-j-marcha-coata-1_0Más de medio millar de pobladores del distrito de Coata, provincia de Puno, llegaron en marcha de sacrificio a la ciudad de Juliaca. Protestaban en contra de la Administración Local del Agua (ALA) y la empresa prestadora de servicios básicos EPS Seda Juliaca, por el vertimiento de aguas residuales al río Coata y consecuentemente al lago Titicaca.

Armados con totoras malolientes por la contaminación y agua del río en botellas llegaron desde los distritos de Coata, Capachica (Puno) y Caracoto (San Román) en buses y combis, [highlight]cansados de los malos olores y la basura en toda la ribera del río Coata y el lago Titicaca, que soportan hace más de diez años.[/highlight]

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Culpan de este hecho a Seda Juliaca, empresa administrada por la Municipalidad Provincial de San Román y otras entidades. El problema surge en la laguna de oxidación, cuyas aguas servidas desembocan directamente al río Torococha sin ningún tratamiento. Este afluente se junta con el río  Coata.

Marcharon primero a la sede de la ALA San Román. Los directivos se reunieron con el coordinador de la ALA, Wilfredo Curro Yucra, quien se comprometió en un acta a que esta entidad no autorizará el vertimiento de las aguas contaminadas a la empresa Seda Juliaca. Este singular permiso con que contaba la EPS venció la semana pasada.

El presidente de la comunidad de Carata, Roger Ramos Díaz, dijo que en la zona habitan más de 6 mil personas afectadas. Por ello consideran que el daño ha sido irreversible y quieren ser indemnizados. “Nosotros vivimos a orillas del río y del lago Titicaca; primero hubo mortandad de peces, ya no hay aves y ahora se ha afectado la agricultura”, señaló.

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Horas después marcharon contra la Municipalidad Provincial de San Román. Se reunieron con el gerente municipal, Nicanor Condemayta, quien rubricó otra acta comprometiéndose a buscar una solución al grave problema.

Demandaron también la intervención del Ministerio Público, en cuya instancia se denunció el caso, pero fue archivado hace tres años.