En mayo del 2014 se inició un proyecto de modernización de la refinería de petróleo de Talara. El proyecto, a cargo de Petroperú y la empresa española Técnicas Reunidas S.A., ha sufrido retrasos y un incremento en costos, los cuales han pasado a más de 4 veces su valor inicial.
De acuerdo al mismo Petroperú, cada día de retraso en la obra le cuesta al Estado alrededor de US$ 1.3 millones, por lo que la Contraloría señala que para el segundo semestre del 2020 se habrá elaborado un informe para ver quién fue el responsable del retraso.
Para Nelson Shack, contralor general de la República, el proyecto empezó costando US$ 1,350 millones. “A la fecha va a terminar costando por lo menos 5,300 millones”.
Esta cifra, aclara, incluye los costos financieros, es decir, lo que se está dejando de producir por el retraso en la obra. El costo de la obra se encuentra en US$ 4,700 millones, más de tres veces su valor inicial.
Shack señala que para poder evitar futuros problemas y culminar la obra lo antes posible se está realizando un control concurrente con la ayuda de la nueva administración del proyecto.
Este control ha generado “ya más de media docena de informes”, revela Shack, advirtiendo acerca de que las obras ya se encuentran desfasadas y una serie de potenciales riesgos y situaciones adversas.
La Contraloría también comentó que una vez que se identifique al responsable se señalará la responsabilidad correspondiente, sea penal o administrativa.
Shack agrega que este es el “principal proyecto que tiene el Perú en ejecución” y, por lo tanto, su fiscalización será compleja.
“Será un esfuerzo financiero para armar equipos de especialistas para realizar las auditorías”. “Seguramente se van a requerir expertos internacionales ya que la mayoría de expertos en refinería han trabajado en el proyecto y contratarlos llevaría a un conflicto de intereses”.
Fuente: Gestión