Por Rebeca Ampudia MBA (*)
El Congreso Mundial del Cobre 2024 (World Copper Conference), organizado por el CRU motivó alta expectativa respecto al movimiento del metal rojo ya sea en producción y precio; así como en la demanda y oferta en el mercado mundial. Sobre todo, en el cumplimiento de las metas ambientales al 2030 con miras al 2050.
Las perspectivas a largo plazo son positivas a criterio de Simon Morris Head of Base Metals en CRU, quien en un análisis global reconoció que los aspectos coyunturales que se vive internacionalmente, como la geopolítica y el cambio climático, motivan incertidumbres respecto al futuro inmediato del cobre.
China + la transición energética
Morris enfatizó que el centro del consumo de cobre, relacionado con la transición energética, empezó claramente en China. Lo hicieron con una fuerte inversión en energías renovables e infraestructura de vehículos eléctricos (VE), la cual crecerá a medida que occidente se ponga al día.
“En los próximos diez años, se añadirán unos 9,5 millones de toneladas adicionales de cobre a la demanda mundial, que se verá reflejada entre 2026 y 2030. Se añadirán casi 800.000 toneladas de nueva demanda añadida, cada año”, manifestó. A partir de aquí, empezamos a ver cómo la transición podrá ser un negocio u operación cotidiana (Business as usual).
Promesas ambientales ¿realizables?
Morris cuestionó el actual panorama de los metales frente a los compromisos ambientales firmados durante las Conferencias de las Partes (COP) y las metas fijadas hacia el 2030. “La gran cuestión es si los países, los gobiernos, van a tener el compromiso, el capital político y la capacidad financiera para cumplir realmente las promesas que se han hecho en las últimas 28 cumbres de la COP”, objetó.
Asimismo, vio positivo que el cobre esté en el punto de mira, recibiendo el reconocimiento para el progreso de la sociedad. Esto conlleva también a encontrar soluciones para poner en marcha una nueva capacidad de suministro de US $ 150.000 millones en la próxima década, junto con las constantes observaciones tanto en lo político como en lo social.
Sudamérica líder
Chile, Perú, Argentina y Brasil se posicionan a nivel mundial como el bloque de países que dominan las reservas de cobre, con un tercio de participación. Sin embargo, su gran fortaleza cuenta con una debilidad: la incertidumbre normativa y política. Ante ello, Morris argumentó que en esa disyuntiva los inversionistas y productores tienen dos opciones: invertir capex a largo plazo, con una generación de flujo de caja en 10 años; o, tener hoy la disponibilidad para devolverlo a los accionistas e inversores.
Es preciso resaltar la importancia de la edición 2024 del Congreso CRU, debido a que los debates generados en él además de verse reflejados en el London Metal Exchange, también habla de la revisión y cumplimiento de los compromisos ambientales internacionales. A lo largo de las jornadas, reunió a una diversidad de puntos de vista y perspectivas sobre el rol del cobre, así como su cadena de valor.
Sobre CRU
CRU una organización que en 2019 celebró 50 años de investigación en materias primas. La organización ofrece información empresarial sobre las industrias mundiales de metales, minería y fertilizantes a través de análisis de mercado, evaluaciones de precios, consultoría y eventos.
CRU emplea a más de 290 expertos y cuenta con más de 11 oficinas en todo el mundo, en Europa, América, China, Asia y Australia.
CRU 2024 se realizó en la ciudad de Santiago de Chile del 15 al 18 de abril, en el marco del CESCO Week y contó con la participación de más de 550 delegados de unos 30 países.
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(*) Abogada por la UNMSM, especialista en Derecho Ambiental, MBA Centrum PUCP