Así lo señala la Dra. Ramona Graves, Decana de la Colorado School of Mines

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En el marco del convenio de cooperación institucional entre la Escuela de Postgrado GERENS y la prestigiosa Universidad Colorado School of Mines, Estados Unidos (CSM) ha llegado a Lima la Dra. Ramona Graves, Decana de la CSM, para llevar a cabo una conferencia en el centro académico GERENS.

La conferencia sobre “La aceptación social de las industrias minera, petrolera y gasífera” llevada a cabo este martes 5 de junio fue dictada por la Dra. Graves y seguida por un panel integrado por, Javier Torres Seoane, Director de Noticias de la Asociación SER, y Darío Zegarra Macchiavello, Gerente Senior de Relaciones Gubernamentales, Desarrollo Sostenible y Gestión Social de Antamina.

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Durante el encuentro, la Dra. Graves enfatizó que el reto más grande que enfrentan hoy las industrias extractivas a nivel global, junto con los desafíos tecnológicos y la rentabilidad de los depósitos, es el social. Estos riesgos, constituyen las principales causas de la paralización o retraso de nuevos proyectos extractivos. Asimismo, destacó que, al día de hoy un 50% del peso para decidir si un proyecto es viable o no, radica en su viabilidad social.  Junto con el análisis de factibilidad que implica considerar el depósito, su posible operación y rentabilidad, la aceptación social es ahora determinante.

La Dra. Graves también destacó la correlación entre la licencia social de la comunidad y el entorno y la rentabilidad, explicando que, si el costo de la sustentabilidad social de un proyecto se hace muy alto, entonces el beneficio de la operación se vería finalmente afectado y podría llegar a hacerse inviable por este factor.

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En este sentido, el rol del Estado debiera ser el de un facilitador, que acerca actores y propicia la conversación entre comunidad y empresa, cumpliendo un rol participativo como un socio en el emprendimiento. Bajo esta visión, se genera una relación triangulada entre Gobierno, Industria y Sociedad, en donde las prioridades no están dadas hacia la inversión y atención de las demandas empresariales, sino en la protección cultural y del entorno, sin dejar de buscar rentabilidad y beneficios.