ProActivo | Dos expertos, el docente de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) Mario Cedrón y el profesor de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) Rafael Fernández Rubio, expusieron en el foro “Transformando pasivos ambientales y cierre de minas en oportunidades que generen valor“, realizado en el Colegio de Ingenieros del Perú, nuevas perspectivas sobre el cierre de minas y su rehabilitación. En declaraciones recogidas por ProActivo, ambos profesionales resaltan la necesidad de transformar la imagen y funcionalidad de las minas una vez que su ciclo de vida operativo haya concluido.
La nueva era del cierre de minas
“El criterio con la minería moderna es totalmente diferente”, afirma Mario Cedrón. A diferencia de prácticas pasadas, refiere que actualmente se exige que las minas cuenten con un plan de cierre aprobado antes de comenzar sus operaciones. Sin embargo, señala que “después de varios años de operación, efectivamente la mina se agota y entonces hay que cerrarla”. Pero, ¿Qué implica este cierre en términos de su impacto ambiental y social?
El catedrático refiere que, al día de hoy, “en el Perú, estos cierres de minas son lo que llamaríamos un cierre de minas convencional”, donde el objetivo es dejar el área lo más similar posible a su estado original. Sin embargo, propone una nueva visión: “convertir lo que es un pasivo minero en algo útil, algo que trascienda, algo que traiga sostenibilidad y desarrollo, sobre todo para las comunidades en la zona”.
Un claro ejemplo de esta transición se observa en el caso de CETEMIN, que ha transformado la zona de cierre de la mina Colquirrumi en Hualgayoc, Cajamarca, en una escuela para la formación de técnicos mineros. “Esto evidentemente trae muchas ventajas”, expone Cedrón, resaltando que la rehabilitación puede combatir la narrativa negativa que rodea a los pasivos mineros.
Innovación y responsabilidad
Por su parte el profesor Rafael Fernández Rubio complementa esta visión al hablar de los desafíos globales que enfrenta la minería. Destaca que la minería es “fundamental” y no puede ser vista sólo como una actividad ligada a la explotación. Así, desde su amplia experiencia, asegura que “la rehabilitación hoy no debe ser solo una restauración, sino una rehabilitación holística”. Esta nueva manera de abordar el cierre de minas implica devolver el terreno a su estado original y redefinir su uso de una manera que beneficie a la comunidad.
En esa línea, Fernández Rubio, invitó a los jóvenes ingenieros a pensar más allá de la minería tradicional. “La minería de los nuevos materiales para la transformación energética” es un campo que, según él, está en auge y que debería entusiasmar a las nuevas generaciones. “Cualquiera que niegue la importancia de la minería tendría que negarse a sí mismo”, añade, haciendo hincapié en la interdependencia que tenemos con los recursos minerales que utilizamos en nuestra vida diaria.
El profesor español también menciona el potencial de la inteligencia artificial en la rehabilitación de espacios mineros. Durante uno de sus recientes proyectos, se sorprendió de que una imagen que necesitaba fue generada por inteligencia artificial en cuestión de minutos: “Hoy día, la inteligencia artificial supone una revolución tecnológica enorme”. Esto nos lleva a cuestionarnos cómo estas tecnologías pueden integrarse en los procesos de rehabilitación para hacerlos más efectivos y creativos.
Un futuro sostenible y propositivo
Los esfuerzos para mejorar el cierre y la rehabilitación de minas se vuelven esenciales no solo para mitigar el daño ambiental, sino también para devolver a las comunidades afectadas parte de lo que han perdido durante la explotación. Cedrón propone que las actividades relacionadas con la minería sean sostenibles y generen ingresos para los monitoreos post-cierre, lo cual abre una nueva puerta de oportunidades.
En la misma línea, Fernández subraya que “hay que poner la inteligencia, la emoción, la creatividad, la tecnología” en la rehabilitación de las minas. A lo largo de su trayectoria, ha visto ejemplos de uso innovador de minas cerradas, desde sanatorios hasta espacios culturales, lo que demuestra que el potencial de estas áreas puede ir mucho más allá de su explotación original.
Ambos expertos hicieron un llamado a la comunidad minera y a los futuros profesionales para que juntos transformen el cierre de minas en una oportunidad para el desarrollo sostenible y el beneficio de las comunidades, no solo en Perú, sino en toda Iberoamérica.