Luis Espinoza

Por: Luis Espinoza, exviceministro de Energía del Minem y experto en temas energéticos 

Hace cuatro años se implementó el Factor de Referencia de Contratación (FRC) para que las generadoras eléctricas contraten de forma eficiente parte de la capacidad de transporte de gas natural que requieren las plantas térmicas.

El FRC fue diseñado para reflejar las condiciones del mercado y evitar distorsiones en el despacho eficiente de energía. Ahora que Osinergmin ha aprobado este factor para el período 2025 – 2029, han surgido voces que erróneamente sostienen que los nuevos valores implicarían aumentos tarifarios, apagones o amenazas a la seguridad del sistema. Nada más lejos de la realidad: el ciudadano no verá afectado ni su suministro eléctrico ni su economía. Derribemos algunos de estos mitos con argumentos firmes.

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El FRC aprobado busca introducir mayor eficiencia, considerando escenarios reales y futuros, sin comprometer la generación. Elevarlo innecesariamente encarecería los costos de los generadores y podría obligarlos a salir del mercado, como ocurrió con EGASA en 2019. Eso sí pondría en riesgo la confiabilidad del sistema.

Otro mito dice que el FRC afectaría a las tarifas eléctricas. Lo real es que estas están determinadas por contratos a largo plazo sin relación alguna con el factor.

Y sobre la masificación del gas natural, ningún actor del sector energético podría estar en contra de este objetivo. Lo que se busca es que el uso de la capacidad de transporte sea eficiente, evitar sobrecostos y asegurar que las plantas estén listas para despachar cuando se requiera.

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Lo evidente es que algunas posiciones buscan que la masificación del gas y el desarrollo de gasoductos, como el proyectado en el sur del país, se financien a costa de los generadores, obligándolos a asumir mayores costos por una capacidad que no utilizarán.

La mejor prueba de que esta controversia no tiene relación con un riesgo real es que hace 4 años ningún actor relevante del sector expresó reparos al FRC, pese a que los valores eran muy similares a los recientemente aprobados.

Construir el futuro energético del país es un deber del sector, uno que merece ser defendido con verdad, claridad y convicción.