Fabiana Santos, Ausenco

Por Fabiana Santos, Vice President People and Performance Ausenco 

El sector minero en el Perú se enfrenta a un gran reto para su futuro: la atracción de talento joven. De acuerdo con las cifras recopiladas por el Boletín Estadístico Minero (BEM) del MINEM, el empleo promedio generado por el subsector minero al primer semestre del 2024 fue de 230,981 trabajadores, evidenciando una expansión de 2.2% con relación al promedio anual de 2023 (225,916 personas). Para la próxima década se proyecta una demanda 46,000 nuevos trabajadores, subrayando la robustez y el crecimiento de una industria que sigue siendo clave para el desarrollo económico del país. Sin embargo, detrás de estos números positivos se ocultan desafíos significativos que la minería debe abordar para mantenerse competitiva y sostenible.

Las preocupaciones medioambientales de las generaciones más jóvenes suelen hacer que las carreras profesionales en el sector de las energías renovables y la digitalización les resulten más atractivas que la minería. Sin embargo, la reciente toma de conciencia de que esta industria es esencial tanto para la transición energética como para el desarrollo de tecnologías como la inteligencia artificial, han mejorado su reputación. Este cambio supone una importante oportunidad para que el sector minero atraiga a jóvenes talentos.

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En este contexto, las empresas de servicios para la minería se presentan como un actor clave, al ofrecer nuevas oportunidades en roles que no son tan conocidos y abren nuevos espacios para el desarrollo de talento joven en áreas, por ejemplo, de consultoría u ingeniería consultiva. Un ejemplo de esto es que, en Ausenco 37% de los colaboradores tienen hasta 35 años, lo que significa un incremento de 7% de la fuerza laboral joven en los últimos 5 años.

Dentro de este escenario, es imprescindible mejorar la educación técnico-profesional, especialmente en aquellas disciplinas clave para el sector. Para ello, se requiere una coordinación efectiva entre la industria, el gobierno y las instituciones educativas, para fortalecer la formación en especialidades mineras, adecuando los programas de estudio a las necesidades actuales y futuras de la industria. Solo así la minería podrá contar con los profesionales capacitados que requiere.

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Una transición generacional exitosa también pasa con una correcta inclusión del talento joven. Por eso son valiosas las instancias en que jóvenes recién egresados de carreras ligadas a la minería tienen la oportunidad de explorar el trabajo de distintas áreas de forma práctica y completa, con el apoyo de líderes y mentores experimentados, en un entorno colaborativo y abierto a la innovación.

Por otro lado, las nuevas expectativas de las generaciones más jóvenes son un factor relevante al que la industria debe adaptarse, ofreciendo condiciones laborales flexibles, promoviendo una imagen moderna y sostenible del sector, y mejorando la formación técnica y profesional vinculada al rubro. Los puestos de trabajo y programas para recién graduados que ofrezcamos deben brindar de forma efectiva un lugar donde los talentos puedan desarrollarse profesionalmente, trabajando en proyectos reales, en un ambiente que valore la diversidad e inclusión, la innovación, la flexibilidad y la meritocracia. Solo de esta forma atraeremos al mejor talento que llevará a la industria minera a un siguiente nivel.

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En los años venideros, el sector minero tiene, en efecto, un gran desafío en torno al talento humano. Pero si la industria sabe abordar estos desafíos con visión estratégica, podrá asegurar una transición generacional exitosa y continuar siendo un motor de crecimiento y desarrollo para las próximas décadas.