Si trabajadores no pueden comprar los activos de Doe Run hasta el 15 de agosto, la empresa se vendería como chatarra.

Crece el suspenso en la ciudad de La Oroya conforme se acerca el 28 de agosto, fecha en la cual vence la liquidación en marcha de Doe Run, que impide la paralización de los activos de la minero-metalúrgica y el cese de todos sus trabajadores.

Para evitar este final, los operarios de Doe Run decidieron hace dos meses tomar el toro por las astas y solicitar la adjudicación de la mina Cobriza y el Complejo Metalúrgico de La Oroya (CMLO).

Su plan era buscar un inversionista que los ayudara a recaudar el dinero necesario para adquirir ambos activos (US$139 millones en total).

En ese esfuerzo, se acercaron a una variopinta gama de interesados, entre ellos APM Terminals, Metallica Commodities Corp. y, según trascendió, también Trafigura.

Finalmente, los trabajadores eligieron a Samsel Group, empresa desconocida en el medio, pero que afirma contar con el respaldo de inversionistas chinos de anchas espaldas financieras.

La incorporación de Samsel ocurrió en la fecha límite concedida por la Junta de acreedores para cerrar la venta: 13 de junio. Debido a ello, los acreedores procedieron a renovar el ‘deadline’ por treinta días más.

Día1 supo que el pasado 13 de julio los trabajadores de Doe Run y el representante de Samsel, Luis San Martín, solicitaron una nueva prórroga de un mes. Esta les habría sido concedida, aunque con reservas.

“Votamos por la prórroga, pero con escepticismo total” dijo un acreedor a Día1.

Si los trabajadores no consiguen comprar Cobriza y el CMLO antes del 15 de agosto, sobrevendrá la paralización total de ambos activos, el cese colectivo y una nueva subasta con precios de ganga.

Fuente: El Comercio