• El ministro Raúl Pérez-Reyes anunció que el Ministerio de Economía revisará al alza el déficit fiscal proyectado para 2025 y 2026 para evitar un ajuste que frene la recuperación.

Durante su exposición en el marco de la Semana de la Industria 2025, organizada por la Sociedad Nacional de Industrias (SNI), el ministro de Economía y Finanzas, Raúl Pérez-Reyes, abordó los desafíos y oportunidades que enfrenta la economía peruana frente a un entorno internacional menos propicio para el crecimiento. Señaló que el índice de política comercial global de Bloomberg ha registrado picos importantes desde la guerra comercial entre Estados Unidos y China, reflejando una dinámica internacional cada vez más adversa para el comercio global. En este nuevo contexto, las proyecciones de crecimiento mundial han bajado por debajo del 3%, un cambio significativo respecto al optimismo del año anterior.

Este panorama impacta directamente al Perú, cuya economía es pro-exportadora: el 60% de su crecimiento del PBI en los últimos 35 años ha estado vinculado a factores externos, especialmente al comercio internacional. Como economía pequeña y abierta, Perú depende de los términos de intercambio y condiciones de mercado que se determinan fuera de sus fronteras. En la mayoría de los productos que exporta, el país es tomador de precios, salvo en unos pocos casos donde puede influir en el valor de los bienes.

Crecimiento sostenido y señales de recuperación

El ministro repasó las dificultades que enfrentó el país en 2023, cuando una combinación de inestabilidad política y fenómenos climatológicos llevó a una recesión económica. No obstante, destacó que en 2024 la situación ha mejorado: el crecimiento del PBI alcanzó el 3,3%, gracias a medidas coordinadas de política fiscal y monetaria orientadas a reducir la inflación y reactivar la economía.

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Durante el primer trimestre del año, el PBI creció a una tasa anualizada de 3,9%, y el Gobierno estima que, de mantenerse las condiciones actuales, se podría alcanzar un crecimiento de 3,5% e incluso acercarse al 4% si se dan condiciones favorables. Un motor clave para este desempeño ha sido el fuerte dinamismo de las exportaciones, que crecieron casi 21% en el primer trimestre, superando los 20 mil millones de dólares. Con ello, alcanzar los 80 mil millones de dólares en exportaciones al cierre del año no parece inalcanzable, aunque el verdadero reto está en sostener este impulso en 2025.

Agroexportaciones en la mira y reactivación de motores internos

En el contexto de las tensiones comerciales internacionales, Pérez-Reyes advirtió que algunos productos, especialmente los agroexportables, podrían verse afectados por nuevos aranceles o restricciones. Sin embargo, también destacó que en términos de precios relativos, el Perú podría verse beneficiado frente a competidores que enfrentarán condiciones más desfavorables. En este sentido, subrayó la necesidad de “pisar el acelerador” en sectores como la pesca, la agroindustria y otros rubros exportadores que han operado por debajo de su potencial.

Pese a que el segundo semestre del año presenta bases estadísticas altas por el crecimiento extraordinario en abril y mayo de 2023, se espera que el país continúe creciendo, aunque a tasas más moderadas. Por ejemplo, en marzo de 2025 el crecimiento fue de 2,47%, una mejora frente al -0,5% registrado en marzo del año anterior. Para los próximos meses, se proyecta un crecimiento entre 2,1% y 2,4%.

Demanda interna y fuerte recuperación de la inversión privada

Más allá del sector externo, la recuperación también se ha visto acompañada por una mayor demanda interna. El consumo privado ha mostrado dinamismo, y la inversión privada ha sorprendido con un crecimiento de 8,8% en el primer trimestre del 2025, una cifra que no se veía desde 2022 y que supera ampliamente los niveles de crecimiento previos a la pandemia. Este resultado es atribuible, según el ministro, a una adecuada coordinación entre la política fiscal y monetaria.

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Asimismo, la inflación anualizada se ha reducido a 2,3%, una de las más bajas de la región, lo que ha permitido dejar atrás la necesidad de desacelerar la economía. En este nuevo contexto, tanto el Gobierno Central como los gobiernos regionales han impulsado la inversión pública, que ha crecido de manera sostenida, desmintiendo los temores de un freno por el cambio de autoridades regionales en 2023.

Empleo e informalidad: señales de mejora

Un aspecto destacado de la recuperación económica ha sido el desempeño del empleo. La informalidad laboral ha bajado del 75% al 70% en apenas un año, algo que no ocurría desde hace mucho tiempo. Esta mejora está directamente relacionada con el crecimiento del sector exportador y la mayor formalización de actividades productivas. También se ha registrado una reducción en la pobreza monetaria, aunque el ministro advirtió que para recuperar los niveles de 2019 se requiere mantener un crecimiento económico sostenido por encima del 3% durante al menos cinco años consecutivos.

Solidez macroeconómica y sostenibilidad fiscal

Respecto al déficit fiscal, el ministro explicó que en 2023 cerró en 3,5% del PBI, como resultado de una política fiscal expansiva orientada a mitigar los efectos de la recesión. En el 2024, el déficit se ha reducido a 2,7% y se espera que continúe esa tendencia, aunque a un ritmo moderado. Sin embargo, advirtió que las metas establecidas en el Marco Macroeconómico Multianual (MMM), que preveían una reducción del déficit a 2,2% del PBI en el 2025 y a 1,8% en 2026, podrían necesitar ser revisadas. En ese sentido, indicó que el Ministerio de Economía y Finanzas está evaluando una revisión al alza de dichas metas, no solo para 2025 sino también para 2026, con el fin de evitar un ajuste fiscal que profundice la desaceleración económica, indicando que para el 2025 podría ser de 2,5% del PBI y para el 2026 de 2,0%. “Si mantenemos las metas fiscales sin ajustes, podríamos inducir un efecto recesivo en la economía. Por eso estamos considerando un espacio fiscal algo mayor que el previsto originalmente en el MMM”, sostuvo Arista. Esta flexibilización permitiría preservar la inversión pública y continuar con los estímulos necesarios para consolidar la recuperación.

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Pérez-Reyes reafirmó el compromiso del Gobierno con la prudencia y el equilibrio macroeconómico. Perú mantiene un bajo nivel de deuda pública y un riesgo país reducido, lo que contribuye a la estabilidad financiera. También resaltó la fortaleza de las reservas internacionales, que casi duplican las de países como Colombia, y que otorgan al país la capacidad de enfrentar con éxito eventuales ataques especulativos al tipo de cambio.

En resumen, el titular del MEF concluyó que, pese a los riesgos externos y los desafíos internos, la economía peruana muestra signos claros de recuperación, sustentados en políticas macroeconómicas responsables, un sector exportador en expansión, una inversión privada robusta y mejoras en los indicadores sociales. No obstante, insistió en que el país debe seguir apostando por el crecimiento sostenido para consolidar estos avances y enfrentar con éxito el nuevo escenario económico global.