Por: Abg. Rebeca Ampudia Belling, Presidenta de la Comisión Consultiva de Cambio Climático y Desarrollo Sostenible del Colegio de Abogados de Lima
La naturaleza dejó de ser una externalidad para convertirse en un factor de riesgo sistémico y una clara oportunidad financiera para economías como la peruana. El Taskforce on Nature-related Financial Disclosures (TNFD, por sus siglas en inglés), creado por el Grupo de Trabajo de Finanzas Sostenibles G20, en el año 2021, y derivado del ya conocido TCFD (cambio climático), busca completar la ecuación de riesgo al integrar los impactos y dependencias de la naturaleza. En la actualidad resultan evidentes los efectos de la degradación natural, que generan litigios, impactos reputacionales, paralización de proyectos de inversión, hasta el cierre de un negocio.
El Riesgo Sistémico y la Dependencia de la Naturaleza
La dependencia de la economía regional respecto al capital natural es crítica, pues más del 55% del Producto Interno Bruto (PIB) de América Latina y el Caribe (LAC) está directa o indirectamente ligado a la naturaleza. Esta vulnerabilidad se traduce en un riesgo sistémico evidente: la afectación a un ecosistema vital, como la escasez de agua, impacta no solamente a las empresas, en el core de su negocio, sino que también involucra los empleos, así como a las instituciones financieras que les prestan capital. Esta urgente necesidad de incorporar la naturaleza en la gestión de riesgos fue expuesto por Alan Gómez, líder de vinculación del TNFD para América Latina y el Caribe, en la reciente edición de los Green Drinks organizada por la Cámara de Comercio Peruano Británica.
Perú y la Ventaja de la Megadiversidad
Perú, junto a Brasil, Colombia, México, Ecuador y Venezuela, integra el grupo de países megadiversos con altas demandas poblacionales, lo que amplifica los retos. El marco TNFD aborda esta complejidad en aspectos clave como: agua, océanos, uso de suelos, biodiversidad (flora, fauna y ecosistemas), entre otros.
Sobre el particular, la actual metodología LEAP (Localizar, Evaluar, Analizar, Preparar), del TNFD es voluntaria y se puede implementar desde una sola recomendación, lo cual hace -por ahora- flexible el proceso de compromiso. Asimismo, es preciso indicar que guarda un 90% de similitud con el TCFD, haciendo énfasis en la las comunidades, mediante la localidad para que los modelos de negocio prosperen.
En ese sentido, el TNFD se presenta como una oportunidad para la gestión de nuestros recursos: el agua, la biodiversidad, la flora y fauna, que están totalmente alineadas con el alcance del marco presentado. Las empresas peruanas, en sectores como el turismo, la agroindustria, la pesca, energía o minería, tienen una dependencia directa de la naturaleza que deben empezar a medir y gestionar. Con más de 120 empresas globalmente sumándose al marco, Perú tiene la madurez regulatoria y la urgencia ambiental para convertirse en un líder regional en reporte financiero ligado a la naturaleza.

