En el Perú se pueden llegar a implementar 41 clústeres o cadenas de valor, los cuales pueden ayudar a la tan ansiada diversificación productiva, según afirma un estudio encargado por el Consejo Nacional de la Competitividad y el Ministerio de la Producción (Produce).
De acuerdo con el documento “Elaboración de un mapeo de clusters en el Perú”–desarrollado por Consorcio Cluster Development -Metis Gaia-Javier D’Avila Quevedo– estos clústeres no son otra cosa quela unión de empresas que comparten una identidad de negocio en un espacio geográfico común.
“Es decir, se trata de negocios que ya existen, solo que hay que propiciar su articulación”, explica Carlos Castro, de Metis Gaia.
Es por eso que en el documento las cadenas de valor van desde el minero, el auxiliar minero, hortofrutícola, pasando por servicios como los logísticos y de turismo, hasta muebles y maderas.
Según Castro, todos estos clústeres identificados tienen un alto potencial de desarrollo, pero el estudio sugiere que sean 16 (ver infografía) los que se implementen en el corto plazo.
“Esto es porque se trata de sectores que tienen el camino allanado para ser clústeres. Por ejemplo, la minería es un rubro importante en la economía nacional, a partir de allí podríamos comenzar la diversificación”, dice el investigador.
Y tiene razón, el ministro de la Producción, Piero Ghezzi, ha dicho que la tarea de diversificación productiva en el país debe comenzar con los negocios grandes, al ser los tractores de la economía nacional.
ORDEN DE PRIORIDAD
Si bien el estudio sugiere implementar prioritariamente 16 cadenas de valor, los cuatro primeros son: Minero Centro (que involucra a las regiones de Junín, Lima y Pasco) que gatillará el desarrollo del clúster auxiliar minero de Lima y Arequipa.
El segundo clúster propuesto se llama Moda Vestir en Lima; le sigue Turismo Cultural en Cusco. La cuarta cadena de valor priorizada es Pelos Finos de Camélidos, que se desarrolla en el corredor Arequipa-Cusco-Puno.
POTENCIALIDADES
En el primer clúster, el estudio ha identificado un alto potencial de desarrollo relacionado al gran tamaño del negocio minero global. A esto se suma el hecho de que las empresas mineras y las que les brindan servicios como el metalmecánico, consultoría, servicios de perforación, entre otros, tienen un alto nivel de especialización. No obstante esta cadena de valor está expuesta a la alta volatilidad del precio y el alto nivel de informalidad.
El segundo clúster, el Moda Vestir, es uno de los mejor definidos que tiene el país, porque cuenta con una cadena de valor que va desde la obtención de la materia prima, pasando por laconfección y el diseño, hasta llegar a la comercialización en tiendas propias o multimarcas.
Lo que se debe corregir, según el estudio, es la alta dependencia de la confección de prendas de vestir para marcas globales. La solución va por la creación de marcas locales, posicionarlas primero en el mercado nacional para luego dar el salto a lainternacionalización.
La tercera cadena de valor: Turismo Cultural en el Cusco tiene como principal fortaleza el reconocimiento de Machu Picchu como una maravilla del mundo. Si bien esto es una gran ventaja, a la vez es lo opuesto, debido a que se concentra en un solo atractivo turístico.
Pero esto no es lo único, los operadores turísticos están muy dispersos. Un claro ejemplo de ello es que algunas de las empresas más importantes del clúster, específicamente establecimientos hoteleros y agencias de viajes se encuentran en Lima.
A ello se suma el alto índice de informalidad y falta trabajar mucho en la calidad del servicio.
El cuarto clúster priorizado es Pelos Finos en el corredor Arequipa-Cusco- Puno. La principal ventaja de esta cadena de valor es la calidad de la fibra de alpaca y vicuña, lo que nos puede colocar en mercados mundiales considerados top.
El informe señala que si bien este clúster debería de estar dentro de la cadena Moda Vestir, esto no se cumple debido a la característica del producto señalada líneas arriba: es un producto de lujo.
Entre los retos que debe de enfrentar es la poca tecnificación del mismo, la escasa productividad, la falta de infraestructura y detecnología, la débil sofisticación del tejido empresarial y las crisis económicas.
El Comercio