mineria

LA ENERGÍA, junto con la actividad minera y la expansión de la infraestructura vial y portuaria, constituyen las llaves maestras para que el Perú continúe impulsando su crecimiento económico emergente, en los próximos años, hacia etapas más avanzadas y sostenibles del desarrollo.

La ampliación, modernización y fortalecimiento de las redes energéticas en nuestro país tiene múltiples beneficios. Se trata de  un sector estratégico del que dependen todas las ramas de la actividad económica, para cualquier clase de producción de bienes y servicios en el campo y la ciudad.
Es fuente de empleo permanente y formal. Dinamiza la producción, eleva la competitividad, permite expandir la actividad comercial local, regional e incide en el avance de nuestro comercio exterior.
En el terreno de la inclusión social, la energía es vital para los pueblos apartados y marginados. La llegada del agua potable, la carretera y la electricidad a una localidad que sufre de pobreza y falta de oportunidades tiene la virtud de abrir las puertas para el progreso, la modernidad y eleva la calidad de vida de los peruanos más pobres.
El suficiente abastecimiento energético será el soporte esencial para dar el salto de la industrialización.
Por estas y otras razones satisface al país el anuncio del ministro de Energía y Minas (MEM), Jorge Merino, quien da cuenta de que las inversiones en proyectos de energía ascenderán este año a 8,100 millones de dólares.
El MEM ha encargado a la Agencia de Promoción de la Inversión Privada (Proinversión) planes por un valor de 7,300 millones de dólares, que serán adjudicados en el curso de este año y representan más de tres veces lo registrado en 2013.
Además, dicho sector promoverá inversiones por 800 millones de dólares en otras obras que promuevan el acceso a energía, como paneles solares, redes y centrales para ampliar la cobertura de la electrificación rural.
Entre los proyectos que maneja Proinversión figuran el Gasoducto Andino del Sur; 1,100 megavatios de nuevas centrales hidroeléctricas y líneas de transmisión, entre otras iniciativas.
Existen recursos comprometidos en líneas de transmisión, como un poliducto para traer gas licuado de petróleo (GLP) de Pisco (Ica) hasta Lurín (Lima), con el fin de dar seguridad energética, bajar el precio del GLP y mejorar la capacidad de almacenamiento de los terminales de petróleo en toda la Costa.
La concesión del Gasoducto Andino del Sur ha despertado el interés de empresas internacionales que están formando consorcios para presentar sus propuestas en febrero.
En este aspecto, destacan el interés y las ofertas de consorcios internacionales con amplia experiencia en el rubro procedentes de China, Brasil, Noruega y otros países. Aquí se incluyen proyectos hidroenergéticos, así como nuevas exploraciones gasíferas y petrolíferas.
En abril de 2013, en Davos, Suiza, el presidente Ollanta Humala Tasso concretó once acuerdos de cooperación con el gobierno y grandes empresas de China; así despertó el interés de empresarios chinos para invertir en minería, energía, infraestructura vial y otros sectores.
Las actividades del mandatario Humala empezaron el sábado 6 de abril en la ciudad de Sanya, donde se reunió con su homólogo chino, Xi Jinping, coincidiendo ambos en que “el Perú puede ser el primer centro de inversiones chinas en Latinoamérica”.
Mientras la mayor parte del mundo afronta un creciente déficit energético, incluyendo a naciones desarrolladas, hay que destacar que en 2013, durante el Foro Económico Mundial, en la citada ciudad suiza, el Perú se ubicó en el primer puesto a escala mundial en cuanto a sistemas energéticos que contribuyen al crecimiento económico. Sin embargo, el país necesita potenciar aún más su capacidad energética para asumir con éxito los grandes objetivos nacionales.
El Peruano