El proyecto de infraestructuras “Nuevas Rutas de la Seda” de China generó dos billones de dólares en contratos en todo el mundo, y una deuda de 300.000 millones de dólares contraída por los países participantes con un banco chino, anunciaron las autoridades este martes.
China celebra este mes el décimo aniversario de la iniciativa Nuevas Rutas de la Seda (BRI, por sus siglas en inglés), con la que Pekín ha invertido millones de dólares en proyectos de infraestructura en Asia, Oriente Medio, Europa y África, en una estrategia geopolítica del presidente Xi Jinping.
Pero con este dispositivo, China ha sido acusada de sumir a países con pocos recursos en deudas colosales, ofreciéndoles préstamos prohibitivos.
Según un documento del Consejo de Estado chino, los países que participan en la iniciativa deben más de 300.000 millones de dólares al Banco de Importación y Exportación de China (Eximbank).
Este martes, Pekín indicó que el valor de los contratos de construcción firmados con sus socios alcanzaba los dos billones de dólares, aproximadamente el PIB anual de países como Rusia o Canadá.
Y “la actual facturación de los contratistas chinos alcanzó 1,3 billones de dólares”, agregó.
La balanza de préstamos para estos proyectos en el Eximbank sumaba 2,2 billones de yuanes (307.400 millones de dólares).
Este monto incluye “más de 130 países participantes y conlleva más de 400.000 millones de dólares en inversiones y más de 2 billones de dólares en comercio”, según el documento, dando a entender una media de unos 2.400 millones de dólares de deuda por país.
El texto no detalla qué países tienen la mayor deuda, ni tampoco el tipo de interés que deben pagar.
Algunos expertos consideran que estos datos están muy subestimados.
“Existen otros documentos de investigación sobre estas deudas ocultas que (afirman que) podrían sumar hasta 800.000 millones de dólares”, dijo a la AFP Niva Yau, del Atlantic Council’s Global China Hub.
“Simplemente, no tenemos información sobre estos proyectos ni sobre cómo se han calculado esos datos”, explicó.
“Ganancias reales”
Eximbank ha financiado importantes proyectos energéticos y de transporte en el marco de la iniciativa y está vinculado a programas de préstamos en el extranjero en África y en Asia central.
Por su parte, el Fondo de la Ruta de la Seda de China, establecido para financiar los proyectos del programa de Nuevas Rutas de la Seda, ha “firmado acuerdos sobre 75 proyectos con un compromiso de inversión de unos 22.000 millones de dólares”, según el documento.
Este martes, el Consejo de Estado de China afirmó que el proyecto de Nuevas Rutas de la Seda “reportó ganancias reales a los países participantes”.
Sin embargo, muchos de sus socios se han mostrado cautelosos respecto a los costes que implica la iniciativa.
Italia, única democracia desarrollada que participa en el proyecto, afirmó el mes pasado que está contemplando abandonarlo.
Este mes, Pekín acogerá el tercer Foro para la Cooperación Internacional de las Nuevas Rutas de la Seda, al que debería asistir el presidente ruso, Vladimir Putin. Se trataría de la primera visita del presidente ruso a China desde que empezó la invasión de Ucrania.
Aún así, el gobierno chino todavía no ha confirmado cuándo tendrá lugar el evento.
“Los países y socios que participan activamente en la Iniciativa de Nuevas Rutas de la Seda son bienvenidos en Pekín para hablar sobre planes de cooperación y buscar un desarrollo común”, declaró el mes pasado la portavoz del Ministerio chino de Exteriores Mao Ning.
Fuente: AFP