Necesidades básicas insatisfechas, la gestión de los recursos naturales, limitada participación en la vida pública de los grupos más vulnerables, violencia urbana, y la falta de mecanismos para plantear demandas han dado lugar al registro de más de 190 conflictos sociales en todo el Perú, en lo que va del 2018, sostiene Jorge Rodríguez Lava, docente de la Escuela de Posgrado de la Universidad Continental.
El académico agregó que los sectores de mayor incidencia de conflictos son los de minería, gestión de bienes y servicios públicos e hidrocarburos.
Rodríguez Lava especificó que, de los 196 conflictos a nivel nacional, 29 casos aún se mantienen en el conflicto mismo, mientras que 62 están en situación de pre-conflicto y 105 en el periodo de post-conflicto, tal como se puede apreciar en un informe Secretaría de Gestión Social y Diálogo de la Presidencia del Consejo de Ministros publicado en octubre.
A nivel regional, la de mayor cantidad de casos de conflictos sociales registrados es Áncash con 17 casos. Le siguen Cusco, Loreto y Apurímac con 14 casos cada una; Puno con 13; y Ayacucho y Junín con 10 casos, respectivamente.
En San Martín y Arequipa se han registrado 9 casos en cada ciudad; 8 en Cajamarca; 6 en Piura, mientras que Lima, Selva Central, Amazonas y Tacna han ocurrido 5 casos. Por su parte, Huancavelica, Ica y Pasco han presentado 4 casos cada una; Madre de Dios y Ucayali han registrado 3 casos cada una; La Libertad, Moquegua, Lambayeque y Huánuco solo 2 casos por región; y Callao un caso registrado.
Además, la suma nacional también considera los casos multiregionales que llegan a 9, y los casos nacionales que suman 16.
Respecto a los rubros, el académico indicó que minería es el sector donde se ha registrado la mayor cantidad de conflictos sociales, sumando 81. Le siguen gestión de bienes y servicios públicos con 23, hidrocarburos, 19;infraestructura e hídricos, 15; y otras actividades, 43.
Finalmente, Rodríguez Lava señaló que para prevenir un conflicto social se debe generar confianza entre los actores sociales, aclarando malentendidos y prejuicios; igualmente, incluir a todos, sin olvidar tampoco la perspectiva intercultural; y, también, sería recomendable tener a un facilitador o mediados que convoque a las partes.
Fuente: La República