Enrique Alania, gerente de Logística de Cía. Minera Antamina

Enrique Alania, gerente de Logística de Cía. Minera Antamina

Enrique Alania, gerente de Logística de Cía. Minera Antamina, explica los retos que enfrenta la logística minera durante la pandemia y por qué una buena relación entre proveedor y compañía minera es esencial para la continuidad de las operaciones.

¿Cuál ha sido el principal reto logístico este año?

Tratar de mantener la continuidad de la operación; y no solo para la minería, ha sido un reto para la industria en general. Yo creo que es importante que los proyectos mineros recuperen la dinámica, porque eso va a ser bueno para el país. Ojalá que los precios de los metales también ayuden. Una empresa minera no puede manejar los precios; por lo tanto, siempre tiene que buscar ser eficiente y que esta eficiencia se traslade a toda su cadena.

¿Cómo se han adaptado los procesos logísticos a la pandemia?

Lo primero que debemos hacer es lamentar las muertes de tantas personas en nuestro país y en el mundo. En segundo lugar, ha sido una preocupación saber si los proveedores o contratistas estaban aptos para mantener la continuidad de sus operaciones. Tercero, se han tenido que buscar esquemas de seguridad sanitaria para todos, porque el virus no discrimina. Esto nos ha obligado a tener una cadena sanitaria, no infalible, pero bastante buena para evitar brotes en una zona alejada, con laboratorios e infectólogos con los que hablamos todos los días y hoteles para la estadía vigilada, en los que hemos llegado a alojar a unas 2.000 personas.

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También está el personal que presenta comorbilidad…

Existen personas vulnerables en todas las compañías, eso significa que se ha tenido que protegerlas y buscar reemplazos temporales. Es un trabajo fuerte el que se realiza para garantizar una operación sanitariamente eficiente, con una logística que va desde entregar dispositivos, garantizar medidas, pedir planes a los proveedores y contratistas, y ver que se mantengan, instalar cámaras que miden la temperatura y dispositivos que verifiquen el distanciamiento social, etc. De hecho, estamos en un escenario que no creo que nadie haya podido imaginar.

¿Cuánto han cambiado los procesos logísticos desde los 90?

En los 90, al aparecer mineras como Yanacocha y Antamina, y otras empresas, e inclusive a raíz de las propias privatizaciones, hubo una profesionalización y especialización de las áreas. Además, las innovaciones en materia tecnológica, de sistemas, telecomunicaciones, etc., también significaron un cambio. Y el enfoque se amplió a diversos aspectos, no solamente económicos. Las minas nuevas enfatizaron, por ejemplo, la seguridad vial, y trajeron las últimas tendencias de la logística mundial. Involucraron aspectos de seguridad, de medio ambiente, de responsabilidad social o de impacto en la gestión social que se incorporaron dentro de la actividad logística. Hablo de compras locales, innovación, controles en la seguridad, y se amplió el ámbito de la compañía minera hacia sus proveedores.

Fue un gran cambio de mentalidad…

Cambió la manera de ver las cosas. Esto parte de un cambio total de la logística, no solamente la minera. Antes se veía a los proveedores como las compañías que nos quitaban el margen; es decir, casi como un enemigo, y eso fue cambiando. Fue un proceso largo. Es cierto que no empieza en la industria minera, sino en otras, pero se expande a todas. Al final, si uno no tuviera proveedores, no sería nada. Se comienza a darle la importancia debida a la cadena; es decir, si el proveedor es bueno, yo también soy bueno; si el proveedor es malo, eso me va a complicar.

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¿Cómo debe ser la relación del área logística con los contratistas mineros?

Primero, no se trata solo de adquirir bienes o servicios. Los proveedores o contratistas deben ver al área de logística, de suministros (o como quieran llamarse) como su representante, como su voz dentro de la compañía. Para eso, se tiene que establecer una relación estrecha entre ambos. Entonces, uno de los trabajos principales es esforzarse por entender a la compañía con la cual uno trata, comprender sus necesidades, sus aspiraciones, pero sin dejar de lado las aspiraciones propias, porque esto sigue siendo un negocio. La idea es hacer un negocio virtuoso, que implique las necesidades de los dos. Para lograrlo, se tienen que buscar espacios de acercamiento, mecanismos de conocimiento.

Otro punto es hacer que la compañía con la cual se trata tenga los valores que uno pretende tener, porque es más fácil trabajar con organizaciones que se parecen a uno. Empieza entonces un papel de bisagra: uno trata de entender a su propia compañía y también a las que están fuera, de manera que se puedan lograr objetivos e intereses comunes.

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Entonces tiene que haber una coordinación constante y directa…

Claro que sí. Al final, si no hay proveedores, tampoco hay mina, porque una mina no vive sola, vive porque compra cosas, y esas cosas se requieren para mantener la operación. Si tenemos problemas con los que nos abastecen de bienes y servicios, entonces tendremos complicaciones. Hay que garantizar la continuidad de la cadena.

¿Cómo escogen a un proveedor, sea de bienes o de servicios?

Todo parte del entendimiento del problema. Si uno lo entiende, lo puede comunicar adecuadamente y cerciorarse de que ha sido entendido de forma correcta. Esto va a hacer posible que se propongan mejores soluciones. Lo otro es que a veces los problemas tienen muchas aristas que deben ser evaluadas. En la medida en que el proveedor se parezca o entienda los objetivos e intereses de la compañía minera, va a poder ofertar una solución cada vez más integral, por ejemplo, una solución que no ponga en riesgo a las personas ni al medio ambiente, una solución completa, que no traiga problemas posteriores. Como a veces es difícil manejar todos los aspectos, o comunicarlos, el acercamiento con el proveedor o contratista minero hace que el proceso sea mucho más sencillo, en menos tiempo, con menos esfuerzo porque hay detalles que se conocen de manera implícita, como la seguridad industrial.

Fuente: El Comercio