Karina Zevallos

ProActivo | A propósito del próximo Minería al 2050: promoviendo un futuro sostenible en crecimiento, equidad y competitividad, la presidenta de WIM Perú resaltó que los avances y el crecimiento de WIM Perú durante la pandemia. Sin embargo, señaló que hace falta un plan consolidado para asegurar un cierre de brecha de género que sea sostenible y no impuesto con cuotas. Precisó que este debe ser un acuerdo entre todos los actores del sector minero.

¿Cuál es ese avance que tienen a pocas semanas de realizarse el Minería al 2050: promoviendo un futuro sostenible en crecimiento, equidad y competitividad?

La finalidad principal de este congreso es que seamos una voz para difundir todos los impactos positivos que tiene la minería formal, responsable, en nuestro país. Y lo que esto conlleva a la generación de puestos de trabajo, oportunidades para mujeres talentosas, y eventualmente, cuanta más inversión tengamos, gradualmente, ojalá rápido, se pueda ir cerrando la brecha de género. Ese es el propósito principal.

Hay un enorme potencial de talento en nuestro país que no se está utilizando en minería porque tenemos una serie de factores estructurales que hacen que, que estemos donde estamos, ahora en un poco más de 7 % de participación de mujeres.

Esperamos realmente que vayan muchas personas que sean tomadoras de decisiones, para tomar una serie de acuerdos. Nos hemos comparado con pares en otros países, y creo que el tiempo de la reflexión ha durado suficiente. Me parece que ya estamos en posición de tomar acción.

Ya hay empresas que han tomado acción y están dirigiendo sus empresas hacia el cierre de la brecha de género internamente. Nos falta que como ecosistema de la minería tengamos un plan consolidado, un convenio, un acuerdo en el que todas las partes pongan un esfuerzo para que se cierre la brecha de género de manera sostenible para que mañana haya más mujeres interesadas y preparadas también para ser resilientes y quedarse en el sector.

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Sobre el plan de acción ¿bajo qué criterios piensa desarrollarlo?

Planteamos difundir las buenas prácticas de las empresas que ya lo hacen. También tendremos el panel de “WIM del Mundo”, donde vendrán presidentas de WIM de diferentes partes del mundo y van a contarnos qué es lo que están haciendo en cada uno de sus países. Vamos a ver diferentes grados de avance y es un esfuerzo en conjunto.

Nos gustaría como resultado de este Congreso lograr el compromiso de que todas las empresas tengan una política de diversidad, inclusión y equidad. Que sea un acuerdo entre los participantes de implementar planes de acción en las empresas. Este tipo de cosas son mucho más sostenibles que tener una cuota de género impuesta. Los planes de acción que están inmersos en las empresas tienen muchas más posibilidades de ser duraderos.

Por ejemplo, ya tenemos a los aliados institucionales dentro de WIM. Son casi 50 empresas. Estas pasan por una evaluación para medir su grado de madurez en temas de equidad, diversidad, inclusión. De un posible total de 50 puntos deben tener al menos 25, a las empresas con menor puntaje, las acompañamos, les compartimos buenas prácticas, políticas, ejemplos, información que les puede servir para que gradualmente las implementen y después de un tiempo vuelven a pasar por la evaluación. Este acompañamiento es gratuito, es nuestro voluntariado.

¿Qué metodología vamos a usar? ¿Cómo vamos a hacerlo? ¿Cómo se va a medir? Debe ser un tema de un acuerdo entre los participantes para que al final del congreso nos comprometamos a implementar en el que sea nuestro ámbito, buenas prácticas. Estamos pasando de la palabra a la acción. Y estos esfuerzos, en la mayoría de los casos, los primeros, los que marcan esa línea base, casi no cuestan dinero, si no cuesta voluntad, foco, interés.

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¿Qué organizaciones WIM estarán presentes?

Nos acompañarán WIM Colombia, WIM Ecuador, WIM Bolivia, Chile y Australia. Todos tienen diferentes grados de evolución. Algunos tienen más tiempo que nosotras y con diferentes marcos regulatorios en sus países que nos van a compartir y podremos asimilar.

Nos gustaría una mayor posibilidad de tener proyectos en conjunto, por ejemplo, un programa de empleabilidad. Sería fabuloso, tener un programa de intercambios o algo así. Es algo a futuro. El cierre de brechas solo funciona si diferentes actores trabajan en equipo. Los esfuerzos aislados, individuales, difícilmente llegan a alcanzar grandes resultados.

¿Vendrán delegaciones?

De Chile viene una delegación grande porque la realización de este congreso es resultado del que se hizo el año pasado allá. Ellas nos convocaron y nos invitaron a que seamos la siguiente sede. Son más de 10 asociadas o miembros de WIM Chile. También vienen representantes de empresas chilenas compartiendo sus experiencias. Por parte de Australia viene la presidenta de WIM New South Wales, que también es miembro de WIM Australia, porque allá están regidas por sus regiones, y hace poco se ha conformado.

Además vienen del Sustainable Mining Institute, el Instituto de Minería Sostenible, de Australia, pero que tiene una sede en Chile. De los demás países viene una representante.

Evolución y representación

¿Cómo ves la evolución después de la pandemia¿Qué ha ocurrido en cuanto a la presencia de la mujer en la minería?

La pandemia nos trajo terribles consecuencias, pero si hay algo bueno que nos dejó fue la posibilidad de conectarnos de manera remota. En el caso de WIM tuvimos muchísimas actividades y pudimos convocar de manera más eficiente a todas las asociadas dispersas. Pudimos tener cursos, conferencias, reuniones, y eso nos dio más entrenamiento, mejores capacidades, nos hicimos más eficientes en el manejo de lo remoto.

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Hoy somos casi 3.000 asociadas, 2.000 profesionales y cerca de 1.000 estudiantes. Nuestro programa Kuraq Ñañayki va a los colegios llevando talleres de ciencias para escolares. No desde Lima, hay una directora a cargo, es descentralizado. Tenemos capítulos estudiantiles en 15 regiones que trabajan en este programa, son voluntarias, y desarrollamos los talleres de diferentes formas, nos adaptamos a los colegios.

He visto empresas que ya tienen por encima del 20 % en su fuerza laboral de mujeres, que es mucho mayor que el 7 % reportado por el MINEM. Necesitamos que cada vez más empresas tengan programas que faciliten la inclusión de más mujeres en su fuerza laboral, que todo el ecosistema minero promueva una minería responsable, formal y que promueva los beneficios. No solo la empresa minera, sino las asociaciones y las empresas proveedoras, tienen una responsabilidad enorme en hacer que a una minería formal le vaya bien, porque finalmente reditúa en beneficio de todas las empresas manufactureras, de ingeniería, de servicios generales.

No puede ser solo la voz del minero, nos toca a todos los demás, a los miembros del ecosistema minero, generar esa certidumbre, esa tranquilidad para que haya inversión y más puestos de trabajo que pueden ser ocupados por mujeres talentosas, a las que tenemos que ir entrenando e ir motivando para que se interesen.

Tenemos un multiverso de cosas por hacer, pero necesitamos que todos sean parte de esas iniciativas. Vamos por buen camino, pero tenemos que seguir haciendo cosas juntos.