Las aguas del río Coralaque, uno de los afluentes de Alto Tambo, no son aptas para uso agrario y tampoco para el consumo de animales. Menos podría consumir la población.
Esto se desprende del resultado del análisis cuantitativo que se hizo para categoría 3 (agro y animal) en el laboratorio Cerper, por encargo de la Municipalidad Provincial de Sánchez Cerro. Las muestras se tomaron en el sector del río Queullirijahui, el 19 de mayo. Esta arrojó valores preocupantes para tres elementos. Para el caso de PH (medida de alcalinidad de una solución) contiene 2,92.
De acuerdo al Estándar de Calidad Ambiental (ECA) establecido por el Decreto Supremo O15-2015-Minam, el parámetro permisible oscila entre 6,5 a 8,5. No puede ser menor ni mayor.
Para la responsable de la Unidad de Desarrollo Económico de la Municipalidad de Sánchez Cerro, Joshi Valdivia, esto demuestra que el recurso que discurre por esta cuenca es altamente ácido. La especialista advierte que de consumir el animal podría provocarle distorsión en el organismo y en el riego puede quemar las plantas.
Además tiene alta concentración de fluoruros (2,06) cuando el límite es uno. Ocurre lo mismo con el sulfato (SO4-2) alcanzando 2,254 que es superior a 1,000 que es el límite.
En opinión del regidor Lino Felipe Gómez, esto es consecuencia de los relaves que ingresan al río de la mina Tucari de la empresa Aruntani.
Fuente: La República