Tres años después de una caída de las materias primas que dejó sus finanzas en ruinas, las compañías mineras cuentan con tanto efectivo que los inversionistas no están seguros de en qué lo gastará la industria.
Mientras metales que van del zinc al paladio se negocian en máximos de varios años, cuatro de los mayores productores del mundo generaron un flujo de caja libre combinado el año pasado de alrededor de US$ 87 millones por día.
Parte de las ganancias inesperadas sin precedentes se destina a dividendos, que empresas como BHP Billiton y Glencore eliminaron durante el período de bajos precios.
A dónde va el resto del dinero (a nuevos proyectos mineros, adquisiciones o una cuenta bancaria) sigue siendo una de las grandes preguntas sin respuesta para los ejecutivos, inversores y banqueros que asisten a la conferencia de minería más importante de África, que se inicia el lunes en Ciudad del Cabo.
Las empresas pueden ser reacias a gastar demasiado, dados los desastrosos resultados de las aceleradas expansiones realizadas hace algunos años.
“No se puede devolver todo”, dijo Ben Davis, analista de Liberum Capital Markets en Londres. “Habrá algunas fusiones y adquisiciones hacia el final del año. Nadie quiere nuevas minas, pero tienes que usar este dinero para algo, y no todo se está yendo como dividendos”.
BHP, Glencore, Rio Tinto Group y Anglo American generaron US$ 31,900 millones de flujo de caja libre durante sus años fiscales 2017, lo que excede lo recaudado durante el último auge de las materias primas en 2011, según las estimaciones de analistas compiladas por Bloomberg.
En 2018, el flujo se estima en US$ 31,200 millones, lo que alentará a las empresas a devolver más fondos a los accionistas.
Anglo está listo para pagar su primer dividendo anual desde 2015. Rio Tinto, que hizo un pago interino récord de US$ 2,500 millones el año pasado y compró más de US$ 2,000 millones en acciones, se pronostica que realizará el mayor dividendo anual en su historia y comprará otros US$ 1,900 millones en acciones. Incluso Glencore, que generalmente favorece las transacciones sobre los dividendos, en diciembre prometió duplicar su pago este año.
Aun así, incluso después de esos pagos a los accionistas, la industria tendrá US$80.000 millones en exceso de efectivo en los próximos tres años, según Macquarie Group. Las empresas probablemente usen algo de esos fondos para buscar oportunidades de crecimiento, pero no tienen muchas opciones de nuevos proyectos en el próximo año, dijo Macquarie.
Durante el último auge de las materias primas, las empresas construyeron demasiadas minas, se endeudaron demasiado y realizaron muchas malas adquisiciones, todo lo cual empeoró cuando los precios se desplomaron. Para mantenerse a flote, los productores vendieron activos y bajaron sus costos para volverse más eficaces, y ahora están reacios a repetir sus errores.
Solo el mes pasado, Rio abandonó la licitación por una participación en una de las minas de litio más grandes del mundo, que fue valorada en US$ 5,000 millones.
Esta contención ha ayudado a los resultados en tanto los precios se han recuperado. El cobre, el níquel y el mineral de hierro han subido más de un 50% desde los mínimos del mercado a principios de 2016, mientras que los metales preciosos han anotado alzas de dos dígitos.
El Bloomberg World Mining Index, que sigue a 117 acciones de empresas, se ha duplicado desde tocar un mínimo de 12 años en enero 2016.
Después de reportar pérdidas en 2015, las compañías informaron el año pasado su mayor ganancia combinada desde 2012.
“Ahora son mucho más disciplinados en sus planes de inversión”, dijo Alex Crooke, codirector de acciones de Janus Henderson Investors, que supervisa alrededor de 268.700 millones de libras (US$305.000 millones). “Están siendo bastante moderados, y eso me alegra”.
Fuente: Bloomberg