ProActivo
La peruana Minsur no deja de sorprender por la permanente innovación que realiza día a día. Tras su incorporación en el ICMM, y convertirse en la primera empresa peruana miembro de la entidad que agrupa a las mineras de clase mundial, también aplicó tecnologías no convencionales para una mayor y eficiente recuperación del estaño. Su buen performance en seguridad, así como su permanente atención por obtener logros en el desarrollo sostenible para las comunidades de su entorno, le da solidez empresarial global. Juan Luis Kruger, CEO de Minsur, brindó una amplia entrevista para ProActivo, en la que detalla también sobre estos temas y el avance de Mina Justa.
¿Cuáles son los estándares con los que Minsur opera y qué la diferencia de otras empresas?
Desde hace muchos años trabajamos con el objetivo de que Minsur sea una empresa de clase mundial. Esto significa que, en nuestras unidades mineras y proyectos, trabajamos con los más altos estándares operacionales y de sostenibilidad, requisitos para la minería en el mundo moderno.
Un reconocimiento de este compromiso y del trabajo arduo de nuestros colaboradores hacia este objetivo, ha sido que en mayo del 2018 seamos admitidos en el International Council on Mining and Metals (ICMM, por sus siglas en inglés). En el mismo periodo obtuvimos reconocimientos por el performance en seguridad. En el año 2017 cerramos con un índice de frecuencia de accidentes incapacitantes de 0.3. Cuando hicimos un “benchmark” respecto a todas las operaciones mineras de empresas miembros del ICMM, nos dimos con la sorpresa de que ese índice es el menor del mundo. La seguridad, que es uno de nuestros valores más importantes, es un pilar fundamental de la sostenibilidad.
Es importante el haberse comparado con los demás miembros del ICMM, y ser el que tiene mayor seguridad.
Sí, es un logro importante, no obstante, lo tomamos con humildad, porque en seguridad tenemos la filosofía, “cada día empezamos de cero”; no interesa cuantos millones de horas hombre trabajadas hayas acumulado, debemos ser muy autocríticos y no caer en la complacencia para evitar accidentes. En el 2018, recibimos el Premio John T. Ryan, por la seguridad en nuestra unidad San Rafael; y además fuimos reconocidos como la empresa minera con la operación a tajo a abierto más segura, por nuestra unidad Pucamarca, en Tacna.
En lo social, San Rafael tuvo una intensa campaña para combatir la anemia en los niños de Antauta. ¿Qué resultados han tenido?
Tenemos el objetivo de contribuir a la reducción de la anemia infantil en nuestras zonas de influencia. Así, en Antauta (Puno), donde se ubica San Rafael, iniciamos hace tres años un proyecto muy bien estructurado y articulado, que generó buenos resultados: redujimos en 50% la anemia infantil.
A través de Obras por Impuestos (OxI), desarrollamos la red de agua potable y saneamiento para Antauta (ahora cuenta con agua potable 24 horas al día), algo que ya habíamos hecho en Orurillo.
Un pilar de nuestra estrategia social, es la infraestructura básica, enfocada en agua y saneamiento, a través de OxI. El otro pilar, es nutrición y salud, hacia la reducción de la anemia y la desnutrición, así como el sistema de “casas calientes” en Puno, que permite a la población protegerse del frío y mejorar su cadena alimenticia y sistema de vida.
Eso va de la mano con un programa integral de desarrollo ganadero lanar, en donde para la mejora de pastos se implementó una red de reservorios de agua en Antauta y Ajoyani. Ese programa permitió incrementar en 30% los ingresos de los ganaderos de la zona. Adicionalmente, con el proyecto “Fibra Emprendedora” profundizamos en la cadena de valor de la lana de alpaca; y un grupo de 60 familias tejedoras de Antauta recibe por un kilo de lana hilada 15% más que antes y han desarrollado una marca de exportación propia. El desarrollo de actividades económicas autosostenibles es el tercer pilar en el que trabajamos en todas nuestras unidades.
¿Qué urgencias existen?
Para generar un impacto sostenible se necesita un programa integral como el que tenemos. Se requiere infraestructura mínima, con niveles de educación, salud y nutrición básicos que vayan de la mano con actividades económicas autosostenibles.
La integración de estos pilares lleva, en nuestro concepto, al desarrollo sostenible y a la mejora de la calidad de vida de las comunidades.
En lo referente a Minsur, ¿cuánto han incorporado en sus procesos, la automatización y digitalización?
Para el grupo Breca, la innovación es sumamente importante en nuestra estrategia. Es así que en el grupo tenemos un laboratorio de innovación, “BREIN” (Breca Group Innovation Center), a través del cual empleamos nuevas tecnologías y potenciamos el uso de “data analytics” e inteligencia artificial.
Y específicamente en el negocio minero aplicamos dos innovaciones. Hemos sido la segunda mina en el mundo en implementar el “ore sorting”, y en Perú fuimos el primero. Se trata de una tecnología que a través de Rayos X, nos permite concentrar mineral de muy baja ley, y convertirlo en mineral económico; y proyectos que no eran viables, empiezan a serlo. Ha sido disruptivo en la industria del estaño porque posibilitó poner en valor minerales descartados como desmonte, o de muy baja ley que antes no podían ser procesados.
El “ore sorting” ha tenido un impacto transformacional, para nuestro negocio, para la industria global del estaño; y para la industria minera en general.
Una segunda innovación fue la perforación con taladros direccionados, basados en la tecnología del “fracking” utilizada en los yacimientos de gas y petróleo en Estados Unidos. La incorporamos y fuimos precursores de su uso en el Perú.
Todas nuestras unidades mineras -incluso las subterráneas, han sido “iluminadas” con fibra óptica. Ahora partimos con una segunda etapa que busca implementar y usar sensores para mejorar la seguridad, la productividad y la eficiencia de nuestros equipos y recursos. También desarrollamos aplicativos que nos permiten optimizar procesos, sobre todo los administrativos. La innovación está en nuestro ADN.
¿Cuál es el futuro de las mineras?
En los próximos años habrá una gran transformación en la industria y migraremos hacia equipos 100% eléctricos, de menores costos operativos y mayor eficiencia en campos de altura, que permiten la reducción de emisiones; lo cual conlleva a mejoras en la seguridad, salud ocupacional y en el medio ambiente.
Seguirá la migración hacia los vehículos autónomos en donde en el futuro, sobre todo en minería subterránea será transformacional, porqué nos permitirá mejorar muchísimo la seguridad de nuestros colaboradores.
El Perú ha incrementado en el 2018 sus exportaciones mineras en más de un 11% y el cobre es el protagonista. ¿Cómo considera que debe ser la política del Estado respecto a los proyectos mineros?
Soy un convencido de que el Perú tiene el potencial para convertirse en el primer productor de cobre del mundo si pusiera en valor y en producción sus proyectos mineros. Tenemos 59 mil millones de dólares en proyectos en cartera, esperando a ser desarrollados, de los cuales 71% son proyectos de cobre.
¡Estamos frente a una oportunidad extraordinaria! No tenemos que ir a descubrir un nuevo yacimiento, que es el desafío de la mayoría de países productores de cobre; solo tenemos que desarrollarlos, lo cual generará miles de puestos de trabajo y contribuirá significativamente al crecimiento de nuestro país.
Adicionalmente en Perú, los yacimientos que explotamos siguen incrementando sus recursos y reservas; extendiendo la vida de mina. Ello genera una oportunidad de crecimiento “brownfield”, de expansión.
Hay casos concretos como Cerro Verde, Antamina y Shougang que han ejecutado expansiones importantes. Actualmente Toromocho ejecuta su primera expansión y Las Bambas, evalúa esa posibilidad. Tenemos nueve proyectos “brownfield”, que en el corto y mediano plazo deberían desarrollarse. Pero, 89% de los proyectos en cartera son “greenfield”, los cuales demoran más y sin duda presentan mayores desafíos para su desarrollo.
¿Cuáles son esos desafíos?
Diría que la “permisología” y la “tramitología” que hay en el país, así como la conflictividad social.
La regulación del sector aumentó de una manera increíble en los últimos cinco años, yendo de casi 30 normas hace siete años, a más de 280 hoy día, según un estudio reciente del Banco Central de Reserva. La industria sobreregulada, con procesos complejos, engorrosos y muy burocráticos.
Cuando uno arranca el proceso de aprobación de un proyecto, no sabe exactamente cuánto demorará ni dónde va a terminar. Eso nos hace perder competitividad ante el resto de países mineros y debemos tomar en cuenta que la competitividad es clave para atraer inversión. El Perú juega en las grandes ligas mineras, no en un campeonato de segunda o tercera división, sino en el mundial, en el grupo de finalistas. Tenemos que comprender que los capitales son fungibles, se mueven hacia los países o jurisdicciones que son más competitivos, donde es más atractivo invertir y donde hay menos riesgo en la ejecución de proyectos.
¿Y de qué depende ese atractivo?
De la certeza jurídica y del cumplimiento de los tiempos y cronogramas. Hablamos de una industria muy intensiva en capital, con proyectos que requieren miles de millones de dólares en inversión, que se recuperan en el largo plazo. Para que Perú atraiga y capte capitales para inversiones mineras y compita con países como Canadá, Australia y Chile, requerimos mejorar nuestra posición.
Si bien tenemos grandes ventajas en costos, recursos humanos; y una geología extraordinaria con yacimientos grandes y de mejor calidad que en otros países; necesitamos un marco institucional sólido, que genere estabilidad para que sean viables las inversiones a largo plazo. Y que la administración del sistema de justicia funcione bien; y desregular y desburocratizar la industria.
¿Qué hacer con la conflictividad social?
Desde luego hay mucho por trabajar, pero hay grandes avances en los últimos años; y las empresas y las comunidades poco a poco generan modelos que hacen viable la coexistencia y el desarrollo sostenible a partir de la minería.
Pienso que, si bien hay políticas de Estado que pueden ayudar a anticipar, prevenir y mejorar la conflictividad social en nuestro país, es fundamental el acompañamiento temprano del Estado en planes de desarrollo a nivel de gobierno nacional, local y regional. De igual manera se requiere que el Estado garantice la aplicación de la ley y que sea efectivo en el uso de los recursos económicos generados por la minería, lo cual implica cambios importantes en la aplicación y uso de los recursos económicos generados por la industria.
De los tres niveles de gobierno ¿Con cuál diría que tienen el mayor desafío?
Con los gobiernos regionales y locales. La capacidad de ejecución de obras con el canon minero, por ejemplo, es muy baja. Necesitamos revisar su distribución y los sistemas de gestión de los gobiernos locales y regionales, para asegurar que esos recursos, lleguen y sean invertidos de manera eficaz, en proyectos de infraestructura, salud y educación para el bienestar de las poblaciones.
¿Qué impacto tendrá mina Justa en la producción nacional de cobre?
Mina Justa debe empezar a producir a fines del 2020. Hacia el 2021, deberíamos culminar el “ramp-up” de la producción. Durante los primeros ocho años de vida de la mina esperamos alcanzar una producción de entre 140 mil y 150 mil toneladas de cobre fino al año (entre concentrados de cobre y cátodos).
Vemos así un aporte incremental a la producción (nacional) de cobre de entre 5% y 6%. Se trata de uno de los tres proyectos mineros en ejecución más grandes y más importantes; y es un testimonio de nuestro compromiso como empresa y grupo, hacia la minería sostenible en el Perú.
Minsur, entre los años 2018 y 2020, ejecuta un programa de inversiones de 2, 200 millones de dólares, lo que nos posiciona como uno de los grupos que mayor inversión realiza en el país, y nos sentimos orgullosos.
Mina Justa será un activo de clase mundial; desde el comienzo su ingeniería ha sido diseñada como tal, con estándares operativos y socioambientales del mayor nivel. Y al mismo tiempo es un activo de gran calidad por tener leyes promedio de cobre superiores a las de la mayoría de nuevos proyectos en el mundo. Esto nos permite tener una operación de bajo costo, con un “cash cost” de US$1.15 a US$1.20 la libra, lo que nos posiciona en el primer cuartil de la industria.
¿A cuánto asciende la inversión total?
Son 1,800 millones de dólares; de los cuales, a la fecha, ya hay más de 1,000 millones de dólares comprometidos en el proyecto.
¿El país está siendo competitivo?
Es un tema que el Presidente Vizcarra ha mencionado en la última CADE y que ha puesto como prioridad en la agenda del gobierno. Tiene que haber consonancia y coherencia entre las normas y las acciones, tanto del poder Ejecutivo como del Legislativo y Judicial, para promover la competitividad del país; es muy importante que los tres sean consistentes con el objetivo de incrementar la competitividad del país.
¿Cuáles son los pilares del buen gobierno corporativo que aplica el Grupo Breca y en particular Minsur?
Tenemos políticas y un modelo de gobierno corporativo que responde a los más altos estándares a nivel internacional, lo cual viene desde el Directorio conformado por representantes de los accionistas, y por directores independientes, que cada día tienen mayor participación.
Cumplimos con las normas nacionales e internacionales en cuanto a la calidad, la integridad y la transparencia en el reporte y en la gestión de la información corporativa.
Creemos firmemente en que la evolución de la industria y del ambiente empresarial, ha sido favorable en los últimos años y que la gobernanza o el buen gobierno corporativo es un pilar de la sostenibilidad del negocio.
El haber sido admitidos y ser la única empresa peruana en el ICMM, es un testimonio del nivel de cumplimiento con las mejores prácticas de gobierno corporativo y de los estándares que manejamos. Somos también el único productor de estaño en el mundo en esta prestigiosa asociación y hemos sido la segunda empresa latinoamericana en integrarla.
¿La sostenibilidad será un requisito para la industria minera?
La sostenibilidad es una condición fundamental para el desarrollo de la minería. La implementación y adopción de nuevas tecnologías y la innovación son igualmente claves para el desarrollo futuro de la industria.
Por ejemplo, en la industria del estaño, estamos enfrentando importantes cambios en el mercado, que ponen de manifiesto la relevancia de la sostenibilidad.
En el mundo, los usuarios finales ya no están dispuestos a comprar cualquier estaño y empresas como Apple, Cisco e Intel, que utilizan muchos componentes con estaño en sus productos, están bloqueando a proveedores que no puedan demostrar que los componentes que tienen estaño provienen de fuentes sostenibles, es lo que se llama “abastecimiento responsable” o “responsible sourcing” en inglés.
Estas fuentes sostenibles se refieren a mineral extraído sin impactar el medio ambiente, en consonancia con las comunidades, donde no hay abuso a los derechos humanos, ni problemas relacionados con financiamiento al terrorismo.
Esto significa que habrá un bloque de países productores, que a futuro no podrán llegar a los mercados de Estados Unidos y Europa, y eventualmente a Corea, Japón, etc.
Minsur está posicionada de una manera muy sólida para enfrentar este desafío, porque somos la única empresa en el mundo que puede demostrar que, desde el primer taladro de exploración hasta la barra de estaño que llevamos a nuestros clientes finales, toda la cadena de valor y de producción, es sostenible.
Alrededor de esto desarrollamos la marca “SusTiNable” (estaño sostenible) y eso nos empieza a diferenciar en el mercado.
Esta tendencia y restricciones se aplicarán a futuro en todos los metales.
Se habla hoy día del cobre verde, que no es otra cosa que la producción de cobre desde empresas y unidades operativas, que son 100% sostenibles. La gestión del agua, el medio ambiente, las comunidades, las políticas de gobierno corporativo, todo esto configura un nuevo estándar al que la industria está evolucionando.
Los felicito, articulo como este ponen el dedo exactamente en uno de los factores que obligan al cambio a las industrias extractivas y es el rol de los consumidores, de los usuarios finales de quienes a través de sus preferencias determinaran quien o que se queda en mercado y estas preferencias están íntimamente ligadas a la forma ética o no ética de realizar el negocio, la gestión ambiental de la operación, el escuchar a las comunidades y coadyuvarlas a decidir y apoyarlas en el “que quieren para ellas y sus hijos en el futuro”, en el respeto de los DDHH y en el diálogo abierto y transparente con sus grupos de interés. Y es muy interesante la experiencia de MINSUR que coincide con la experiencia sobre “responsible sourcing” de las grandes empresas de hidrocarburos que demuestra que los problemas socioambientales no solo se dan en el entorno local sino que su repercusión puede llegar a niveles internacionales e influenciar en el mercado.