En el mundo, Perú es visto como un país con grandes oportunidades para su crecimiento y desarrollo porque tiene una economía abierta, pese a una actual situación interna algo empañada. “La cuestión es cómo reinvertir en la gente, en su capital humano, y seguir adelante”, manifestó la embajadora de Canadá en Perú, Gwyneth Kutz en reveladora entrevista concedida a ProActivo, tras cuatro años de intensa y productiva labor diplomática en el país. Tiempo durante el cual ha recorrido la costa, sierra y selva; norte, centro y sur del Perú.
¿Cuál es el balance de estos últimos cuatro años en las relaciones Canadá – Perú?
Es muy positivo. Fueron años muy activos desde que pisé suelo peruano en octubre del 2015. Ha sido una actividad, después de otra; ya sean las reuniones del Banco Mundial, las Cumbres del APEC, la Cumbre de las Américas, o los Panamericanos. Perú está siempre en los ojos del mundo.
¿Cuál diría que han sido los sectores con mayor dinamismo?
Es sabido que el impacto de Canadá en Perú está más que nada en el sector minero y en este tenemos muchos éxitos e iniciativas. Trabajamos con los ministerios de Energía y Minas, y Ambiente para mejorar el proceso de Evaluación de Impacto Ambiental. Igualmente, a través de nuestro programa de desarrollo para mejorar el uso del canon por parte de las autoridades locales y regionales, de tal manera que los beneficios del sector puedan llegar a la gente. Canadá está presente en diversas operaciones mineras, y en particular en la exploración, que es fundamental para el futuro, en Perú.
Por otro lado, estamos felices por la nueva beca para la Universidad McGill de Canadá, que PERUMIN otorga a los tres mejores estudiantes del Perú, es fantástico.
¿Qué desafíos quedan?
El gran desafío en el sector minero es la buena gobernanza. Otro, es compartir las mejores prácticas. Por ejemplo hemos hecho la guía de comunicaciones con las comunidades para la etapa de la exploración, que es donde todo comienza.
Después, es mejorar los procesos para que sean más eficientes, sin corrupción; que sean predecibles y provean estabilidad a las empresas y a las inversiones en general.
Trabajamos mucho con nuestras empresas sobre la importancia de la responsabilidad empresarial, y ellos trabajan más que nunca con sus comunidades y con el gobierno para asegurar que los servicios básicos y las necesidades de la gente sean de conocimiento del gobierno y se pueda crear un ambiente de desarrollo social responsable.
Elaboraron algunas herramientas para lograr esas metas.
Sí, hicimos algunas herramientas como los kits para trabajar con las comunidades. Lo más reciente es el kit de comunicación para la etapa de la exploración. Algunos, han sido traducidos al quechua y al aymara, para que sean accesibles a quien necesite aprender sobre qué es la minería responsable y cómo pueden participar en ella.
¿Qué piensa Canadá de la minería peruana?
El Perú es un país muy rico en minerales, con mucho potencial para continuar desarrollándolo. Por supuesto, de manera responsable, cuidando el medio ambiente y en cooperación con las comunidades.
El reto siempre es asegurar el desarrollo del país, haciendo uso de todos los recursos que pueda tener, y que la población se beneficie de ello. Ya sean mineros, turísticos, o de la pesca; es una cuestión de buen gobierno.
Una de las cosas más destacables siempre es la presencia de Perú en la conferencia anual del PDAC, donde la delegación peruana es muy numerosa, y donde Perú sostiene conversaciones con sus pares, no solo de Canadá sino de todo el mundo. Ha sido una ventana excelente para exhibir las posibilidades de Perú, especialmente siendo país auspiciador del PDAC.
¿Qué opina respecto a esta coyuntura que se vive en la minería en Perú?
Es una coyuntura difícil, pero es algo que muchos países también han experimentado, que la gente comprenda la importancia del sector y cuáles son las herramientas que aseguran que el desarrollo se hace de manera muy responsable.
¿Canadá lo ha vivido?
Canadá es un país que ha desarrollado sus recursos naturales y sí hemos tenido, a veces, conversaciones muy difíciles con las comunidades. Asimismo, también tenemos experiencias muy positivas donde las comunidades han trabajado con el gobierno y con la empresa. A veces, lo han hecho como Joint Venture y han reinvertido las ganancias de la minería o del bosque para la educación de sus jóvenes, o para el desarrollo de su comunidad. Es parte de un círculo que puede beneficiar a para todos.
Perú ha crecido en los últimos 20 años y ahora atraviesa momentos difíciles. ¿Considera que hay otros sectores potencialmente a la espera para surgir?
Todos esperamos que nuestros países crezcan. Algunas de las cosas que Perú hace ahora mismo, aunque sea difícil en este momento, son súper importantes para la buena salud de la economía: la lucha contra la corrupción, la reforma de las instituciones y la inclusión plena de la mujer.
En mi opinión ello es absolutamente necesario para sentar buenas bases hacia el futuro, porque si no incorporamos a las mujeres y a las niñas en la economía y en la vida, desperdiciamos la mitad de la población y del capital humano.
Si los sistemas no son eficientes, hay pérdidas de tiempo y dinero. Y si hay corrupción, es como un cáncer para la economía porque la distorsiona y no permite el buen flujo del dinero, desde la producción de las empresas formales hacia el gobierno que provee servicios a la población en quienes finalmente se invierte.
Perú está en buen camino con esta lucha contra la corrupción, con la reforma de las instituciones y la plena inclusión de la mujer.
También tenemos muchas inversiones en el sector financiero y de infraestructura, porque Perú es una economía abierta como Canadá, que busca a otros socios que comparten los mismos valores.
A través de la Alianza del Pacífico, Perú apoyó mucho la inclusión de Canadá en una asociación estratégica; y ahora trabajamos para crecer aún más cerca de los países de la Alianza del Pacífico, a través de la negociación para ser un Estado asociado.
También está el Trans Pacific Partnership (TPP, por sus siglas en inglés) que del mismo modo refleja una apertura más grande hacia el mundo; y sobre todo este vínculo alrededor del Pacífico que comparten tanto Canadá como Perú.
Ese esfuerzo para integrar un sistema internacional -basado en reglas, en el libre flujo comercial y de ideas- es sumamente importante.
Efectivamente, se cumplió en agosto, 10 años del TLC Perú – Canadá, una década en la que se ha visto un desarrollo más ambicioso. ¿Cómo lo evalúa?
Ha sido una década excelente desde la entrada en vigor de nuestro Tratado de Libre Comercio que es un símbolo de la relación entre ambos países, símbolo de que queremos crecer juntos y aprender los unos de los otros. Por ejemplo, Canadá y Perú trabajamos mucho sobre las APPs. Canadá tiene una larga historia en este tema y Perú aplica este mecanismo para tener mayores inversiones.
¿Qué recomendaciones le haría a su sucesor?
Hay que conocer el país porque el Perú no es solamente Lima. Conocer la costa, la sierra, la selva, el norte, el sur y conocer a la gente de las distintas regiones. Perú es un país enormemente rico, no solo en recursos naturales sino en recursos humanos, la gastronomía, la música, la danza; y la creatividad.
¿Qué impresión se lleva de Perú?
Es un país muy acogedor. Esta ha sido mi segunda vez en Perú, estuve en el año 90-91 y he notado que hay un gran progreso en la economía y en la sociedad. Sus valores son más fuertes que nunca hacia la inclusión, hacia la igualdad, hacia sociedades abiertas y economías abiertas.
Atraviesa momentos algo difíciles no solo por el ciclo de los precios de los commodities y los impactos del escándalo de Odebrecht, que ha tocado a casi todos los países. La cuestión es cómo reinvertir en la gente de Perú, en su capital humano, en sus ideas y cómo seguir adelante.
Es una sociedad que también ha sido acogedora hacia los migrantes de Venezuela, aunque sabemos que esta es una crisis de proporciones nunca antes vista en América Latina. Canadá también recibió a muchas personas que tuvieron que salir de sus países y somos un mejor país por haberlo hecho. Pienso que Perú también puede tener beneficios por integrar a los venezolanos hasta que la crisis en Venezuela se resuelva.
¿Qué logros ha visto respecto a la inclusión de la mujer. Usted ha sido una activista?
La igualdad de género es fundamental para el futuro del país y desde mi llegada aquí en el 2015 he visto que hay una conversación muy importante en la sociedad, sobre cómo incluir a las niñas y mujeres adolescentes en la vida nacional.
Los cambios culturales son difíciles, la violencia de género es un problema en el mundo, para Canadá incluso. Pero es una buena señal el que ahora estén de acuerdo en que se debe eliminar la violencia de género y abrir espacios para aprovechar todos los recursos humanos; sea en el sector negocios, gobierno o sociedad civil.
¿Qué significa ProActivo para usted?
ProActivo es una entidad que ha crecido en los últimos años. He tenido la oportunidad de conocerlo, está más interesante que nunca, más conectado con el sector, publica artículos de interés, e incorpora los mejores valores del sector, además promueve la responsabilidad, gobernabilidad, cuidado al medio ambiente y respeto a las comunidades.
Es un actor muy positivo que también alienta a otros del sector con sus Premios ProActivo para alcanzar esos logros. Es cada vez más importante.