Pablo Alcázar, Gerente de Asuntos Públicos y Relaciones Comunitarias de Sociedad Minera Cerro Verde
ProActivo
El “Círculo virtuoso de agua”, experiencia desarrollada por Sociedad Minera Cerro Verde, en conjunto con las autoridades de la región Arequipa, ha permitido dotar del recurso hídrico a miles de arequipeños. Con un incremento de agricultura de calidad y mayor abastecimiento de agua potable, continuará potenciándose con obras complementarias e importantes, informó Pablo Alcázar, Gerente de Asuntos Públicos y Relaciones Comunitarias de dicha empresa.
Su ejecución les permitió dar más agua para la agricultura, para el consumo humano y también asistir con el recurso a las actividades mineras que desarrollan, dijo a ProActivo. “En estos últimos años hemos invertido alrededor de 700 millones de dólares en obras hídricas dentro de ese ambicioso proyecto, construyendo obras”, recordó durante su participación en el certamen “Prácticas en el uso y gestión del agua en minería”, acotó.
“Somos una de las poquísimas experiencias en Latinoamérica, de empresas mineras que usan, agua tratada de desagüe, tratada para sus operaciones y lo interesante es que no solamente esta agua sirve para nuestras operaciones, sino devolvemos hacia el cuerpo del río Chili nuevamente, agua tratada a nivel de agua para agricultura”, informó Alcázar.
Al respecto, dijo que las obras en torno a dicho modelo, no se han cerrado. “Seguimos trabajando en proyectos agrícolas, en mejoras de sistemas hidráulicos para tener un mejor abastecimiento de agua y un mejor control del agua, y sobre todo para mantener la calidad óptima del recurso”, detalló.
Generar más agua era vital para operaciones y el Agro
El ejecutivo refirió que Arequipa es una zona sumamente seca y accidentada con problemas de abastecimiento de agua, por lo que era vital trabajar en la superación de ese problema para mejorar el desarrollo de Cerro Verde y la promoción de otras actividades productivas, sobre todo del Agro.
“En nuestras operaciones, pasamos de producir cátodos de cobre desde 1994, fecha en que se compró la compañía, a procesar sulfuros en el 2005, 2006, lo cual no era posible por la escasez de agua. Y la solución era la construcción de las represas que hoy tenemos y que integran lo que denominamos “Círculo virtuoso del agua”, y que se comenzó a trabajar desde el 2003”, trajo a colación.
Dijo que cuando emprendieron esta aventura, Arequipa tenía una capacidad de almacenamiento de agua de apenas 200 millones de metros cúbicos al año, que solo cubría una campaña en agricultura, consumo humano e industria.
“Entonces, hicimos la primera asociación técnico privada aún no regulada, con Egasa, y construimos dos represas. La de Pillones con 80 millones de metros cúbicos de agua, y la de Bamputañe, con 40 millones. Y otra represa un poco más pequeña, San José de Uzuña, y sumamos alrededor de 135 millones de metros cúbicos de agua”, precisó, agregando que luego Egasa construyó una represa más, Chalhuanca.
Ahora hay doble capacidad de almacenamiento
Alcázar señaló que actualmente Arequipa tiene el doble de capacidad de almacenamiento de agua, unos 400 millones de metros cúbicos, lo cual representa un embalse para alrededor de dos campañas.
“Para que tengan una idea, antes en épocas de sequía Arequipa, entre julio, agosto y septiembre, llegaba a tener un caudal en el río Chili de unos 5 metros cúbicos por segundo, casi lo de una acequia. Hoy está en un promedio permanente de 12 metros cúbicos”, contrastó.
Los trabajos iniciales
El ejecutivo relató que los primeros trabajos relacionados al “Círculo virtuoso de agua”, se hicieron con el sector agrícola, en la zona de Yarabamba, en la La Joya.
“Trabajamos alrededor de 72 kilómetros de canales de infraestructura de riego, que incluye bocatomas, desarenadores, etc, pero la pérdida de agua por filtración en el sector agrícola aún sigue siendo importante, pero estamos hacia una mejora”, anotó.
Las obras clave: Nueva planta de agua y la de aguas residuales
Rememoró que Arequipa solo contaba con una planta de agua potable desde 1960, situada a 2,400 metros sobre el nivel del mar, y que generaba agua solo para un sector menor de la población.
“Pero no llegaba a otras zonas que carecían del servicio de agua. Sedapal solo tenía reservorios que permitía tener agua 2 o 3 horas al día, y la mayoría de ellos en camiones cisternas, con un alto nivel de contaminación y costo”, apuntó.
Anotó que ante esa situación, Cerro Verde junto con las autoridades y la sociedad civil, el 2006 decidieron la construcción de una nueva planta de agua potable a 2,850 metros sobre el nivel del mar, La Tomilla II, que hoy da servicio a 750 mil personas.
“Además, incluimos todo un sistema de corrección de tuberías matrices en 52 kilómetros que cruza toda la ciudad, con una inversión de 150 millones de dólares”, citó.
Agregó, que mientras tanto, los alcaldes y la sociedad civil, que se iban hacer cargo de construir la planta de aguas residuales “La Enlozada”, no pudieron cumplir, por lo que Cerro Verde asumió ese compromiso, bajo la condición de poder usar un metro cúbico por segundo del agua tratada, por promedio anual.
“Todo el excedente de hoy, alrededor de casi 800 litros por segundo, se devuelven al río como agua, en calidad para el uso público. Fue una inversión de 500 millones de dólares”, indicó.
Asimismo, remarcó que actualmente no le cuesta nada a la ciudad de Arequipa y a Sedapal el tratamiento de las aguas del Río Chili, que ya ha recuperado su vida, y ha comenzado nuevamente a tener truchas, y renacuajos, entre otras especies.
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