La agencia calificadora de riesgo Fitch Ratings prevé un 2024 marcado por una desaceleración del crecimiento en las economías de América Latina, una región aun afectada por una menor demanda y altas tasas de interés pero que cuenta con ventajas comparativas en un escenario geopolítico complejo.
La agencia estima una desaceleración del crecimiento de la economía de América Latina este año, a un 1,5%, desde la expansión del 2,3% en 2023.
“Cuanto pensamos sobre el desempeño de crecimiento de la región, claramente ha sido afectado por la esperada desaceleración en algunas de las mayores economías. Estoy hablando de México y Brasil”, dijo Shelly Shetty, directora gerente de soberanos para Fitch Ratings en un evento transmitido en línea.
También se refirió a una recesión en Argentina mientras esperan que el país atraviese un proceso de ajuste macroeconómico luego de la asunción de Javier Milei como presidente. El economista libertario llegó al poder a fines del año pasado con promesas como eliminar el banco central (BCRA), sanear al déficit fiscal y atacar la galopante inflación.
Entre los desafíos externos que enfrenta América Latina, Fitch considera la desaceleración en el crecimiento de China y Estados Unidos, un escenario financiero ajustado a nivel mundial y el impacto climático del fenómeno El Niño.
Sin embargo, hay factores que podrían beneficiar a la región desde una perspectiva a mediano plazo.
“Diría que hay algunos elementos positivos para la región, claramente no estuvo en el epicentro de ningún foco de tensión geopolítico mundial durante 2022-2023, tiene materias primas que son muy útiles en una transición verde (…) y finalmente el nearshoring”, dijo Shetty.
La ejecutiva señaló que el “nearshoring”, una estrategia de externalización a terceros a países cercanos y con zonas horarias semejantes, es beneficioso para la región, especialmente para México.
Sin embargo, ni el nearshoring, ni las ventajas en cuanto a energía o a riesgo geopolítico tendrían un impacto inmediato en el crecimiento de América Latina, según la agencia.
“Seguimos pensando que el estancamiento político en la región, mayores intervencionismos estatales y la falta de reformas detienen el crecimiento en una serie de países en la región”, señaló Shetty.
Como excepción, mencionó a Brasil, un país donde se vieron una serie de reformas en los últimos años y la aprobación de una reforma impositiva en diciembre del 2023.
La agencia calificadora mejoró la nota de deuda para Brasil en julio del 2023, cuando la subió a “BB” desde “BB-“, y luego la mantuvo tras la aprobación de la reforma impositiva a fines del año pasado.
El país perdió todos sus grados de inversión a principios del 2016, luego de una serie de crisis internacionales y domésticas, y con el fin del boom del mercado de materias primas.
Y si bien Fitch fue elogiosa con su desempeño reciente, descarta un retorno al grado de inversión en el corto plazo.
“Cualquier mejora en (la calificación de) Brasil será más difícil que la última (…) Una mejora de un grado a BB+ podría ser alcanzable si el gobierno cumple con sus propias proyecciones, sus metas y además alcanza un crecimiento real del PIB desde el actual ritmo del 2,0% a algo cercano al 2,5%”, dijo Todd Martinez, director senior de soberanos de Fitch.
Fuente: Reuters