El Fondo Monetario Internacional (FMI) dijo que Latinoamérica se reactivará gradualmente al tiempo que Argentina y Brasil salgan de la retracción económica, mientras que la expansión de México continuaría ganando velocidad, aunque también reiteró su advertencia sobre los riesgos políticos.
El FMI subió marginalmente su estimación del crecimiento brasileño para 2017 a 0,3 por ciento desde 0,2 por ciento en abril y además aumentó la de México, a 1,9 por ciento desde 1,7 por ciento. Los cambios forman parte de la última edición de las Perspectivas de la Economía Mundial del FMI.
“Tras contraerse en 2016, la actividad económica de América Latina irá recuperándose poco a poco en 2017–18 (…) a medida que países como Argentina y Brasil se recuperen de la recesión”, dijo el FMI.
Para la región en conjunto, el cálculo de 2017 fue recortado en 0,1 puntos porcentuales a 1,0 por ciento. Pero el organismo con sede en Washington aplicó una rebaja significativa en su previsión para Brasil en 2018, de 0,4 puntos porcentuales a 1,3 por ciento, citando “la persistente debilidad de la demanda interna y la agudización de la incertidumbre en torno a la situación política y a la política económica”.
El FMI ya había adelantado su cifra para Brasil en 2017 en un informe previo donde resaltó las dudas acerca de la capacidad del Gobierno para cumplir las reformas fiscales, mientras el presidente Michel Temer lucha contra denuncias de corrupción a fin de mantenerse hasta las elecciones de 2018.
Con respecto a México, el FMI destacó la fortaleza de su actividad en el primer trimestre. En el comienzo del año, la economía mexicana mantuvo estable su ritmo de crecimiento pese a la incertidumbre generada por las políticas del presidente estadounidense, Donald Trump.
Toda la expectativa -y la ansiedad- se centra ahora en la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Para concluirla rápidamente, México, Estados Unidos y Canadá sostendrían entre seis y nueve rondas de conversaciones a partir del mes próximo.
A nivel global, ante el incremento de las tensiones geopolíticas y el ajuste de las condiciones monetarias en los países más desarrollados, el Fondo dijo que las economías de mercados emergentes deberán seguir permitiendo que los tipos de cambio amortigüen las perturbaciones en el entorno.
Fuente: El Comercio