General Electric planea invertir más de US$400 millones en un plazo de tres a cinco años en el desarrollo del aerogenerador marino más grande del mundo, que tendrá una potencia de 12 megavatios (MW) y una altura de 260 metros.
Con unas palas de 107 metros de longitud, la turbina Haliade-X producirá suficiente energía para abastecer electricidad limpia hasta 16.000 hogares, dijo GE en un comunicado.
“Con este proyecto queremos liderar las nuevas tecnologías que están impulsando la transición energética global”, dijo el presidente ejecutivo del conglomerado industrial estadounidense, John Flannery.
La filial GE Renewable Energy desarrollará y fabricará el nuevo aerogenerador en gran parte en Francia y pretende suministrar el primer prototipo de góndola o nacelle (unidad generadora de energía) en 2019 y entregar las primeras turbinas en 2021.
La firma invertirá cerca de US$100 millones en una nueva planta de fabricación de palas en una nueva planta de fabricación de cuchillas en Cherburgo, al oeste de Francia, que inaugurará en 2018. También invertirá cerca de US$60 millones en los próximos cinco años en modernizar su fábrica de Saint-Nazaire, donde se construirán las góndolas del Haliade-X.
GE, uno de los grandes fabricantes mundiales en el sector eólico terrestre, entró en el segmento “offshore” con la compra de la francesa Alstom en 2015.
La empresa dijo que la nueva turbina, que tendrá un generador de transmisión directa en lugar de una caja de cambios, será un 30% más grande que las de sus competidores más cercanos.
En junio de 2017, MHI Vestas, una sociedad conjunta de la danesa Vestas y Mitsubishi Heavy Industries, lanzó una turbina marina de 9,5 MW, la más potente del mundo hasta la fecha. Con una altura de 187 metros y palas de 80 metros, se trata de una versión mejorada del aerogenerador V164 de 8 MW de MHI Vestas, que ya está en funcionamiento en los parques eólicos marinos de Burly Bank Extension y Blyth en Reino Unido.
Un portavoz de MHI Vestas declinó hacer comentarios sobre el desarrollo futuro de su turbina eólica.
Fuente: América Economía