Google Quantum IA

La compañía Google ha dado un paso importante en el desarrollo de la computación cuántica con la presentación de Quantum Echoes, un algoritmo que representa, según la empresa, “un gran paso hacia las aplicaciones prácticas de los ordenadores cuánticos”. Este avance complementa el trabajo previo realizado con Willow, el chip cuántico de última generación presentado en diciembre de 2024, y se considera una evolución significativa en la relación entre hardware y software dentro de este campo.

Desde el equipo de Google Quantum IA explicaron que “en diciembre de 2024 comunicamos un gran adelanto tecnológico con Willow, un chip cuántico de última generación, y hoy anunciamos un avance en el software de este, con el primer algoritmo cuántico”. Parte de los detalles técnicos de Quantum Echoes se publicaron en la prestigiosa revista Nature, en un artículo coescrito por Michel Devoret, reciente Premio Nobel de Física 2025, quien actualmente colabora con Google Research y la Universidad de California.

En una rueda de prensa, Hartmut Neven, fundador y director de Google Quantum IA, destacó que “somos optimistas y creemos que en un plazo de cinco años veremos aplicaciones reales que solo son posibles en ordenadores cuánticos”. Aunque el entusiasmo es alto, algunos expertos consultados por EFE advirtieron que “la investigación, aunque prometedora, aún es preliminar y está lejos del desarrollo definitivo de un ordenador cuántico plenamente funcional”.

El nuevo algoritmo se sustenta en una premisa clave: la ventaja cuántica. Según Google, Quantum Echoes funciona en Willow “13.000 veces más rápido que el mejor algoritmo clásico en los superordenadores más rápidos del mundo”. Además, es verificable, lo que significa que “sus resultados pueden ser comparados y validados por otro ordenador cuántico de calidad similar”. Este atributo es fundamental en un campo donde la precisión y la corrección de errores son desafíos constantes.

La verificabilidad cuántica, explican los investigadores, requiere “tasas de error extremadamente bajas y operaciones de alta velocidad”. Los sistemas cuánticos son muy sensibles al ruido ambiental, como cambios de temperatura o luz, lo que puede distorsionar los cálculos. Por ello, la corrección de errores cuánticos se ha convertido en uno de los grandes retos tecnológicos, un campo en el que Google ya había avanzado significativamente con Willow.

En cuanto a sus aplicaciones, Quantum Echoes da “un paso significativo hacia la primera aplicación en el mundo real: calcular la estructura de una molécula”. Para demostrarlo, Google colaboró con la Universidad de California, Berkeley en un experimento de prueba de principio. En él, el algoritmo fue utilizado para analizar dos moléculas, una de 15 átomos y otra de 28, cuyos resultados coincidieron con los obtenidos mediante resonancia magnética nuclear (RMN), pero además revelaron información adicional “que no suele estar disponible con la resonancia tradicional”.

Google considera este hallazgo como “una validación crucial del enfoque” y lo describe como el primer paso hacia “un microscopio cuántico capaz de medir fenómenos naturales que antes eran inobservables”. Según la compañía, una RMN potenciada con computación cuántica podría convertirse en una herramienta decisiva para el descubrimiento de nuevos fármacos o la caracterización de materiales complejos, como polímeros o componentes para baterías de próxima generación.