En el mundo de los negocios hay tres factores clave que determinan el éxito de una inversión, al margen del sector que se trate. Por un lado, las condiciones de producción o provisión de bienes o servicios, es decir la oferta; por otro, una demanda consistente que asegure mercados; y, por último, un escenario macroeconómico adecuado para generar los negocios.
En el sector de energías renovables hasta no hace mucho Argentina aparecía con un potencial relevante, en especial en segmentos como energía solar y eólica y su derivación hacia el hidrógeno verde (a partir del agua, por electrólisis), factor central en lo que los especialistas denominan “la última milla de la transición energética”, que es la descarbonización de la matriz energética industrial. En los últimos años hubo anuncios de inversión e intenciones de desembarco en el país, pero pocos pasos concretos. Sin embargo, en los últimos cuarenta días todo empezó a acelerarse.
A principios de julio llegó al país la Comisaria de Energía de la Unión Europea, la estonia Kadri Simson, en una misión destinada a evaluar el nivel de avance de dos memorandos firmados con Argentina en 2023, que incluían compromisos concretos, uno sobre cooperación en energía y otro sobre materias primas.
Hoy, 19 de agosto, y mañana, 20 de agosto, habrá una nueva edición del AHK On Tour, encuentro organizado por la Cámara de Industria y Comercio Argentino-Alemana (AHK) en Puerto Madryn y Rawson, donde se presentará una mesa específica sobre energía, con foco en hidrógeno. Además, la AHK Argentina está organizado su tercer Foro Hidrógeno, a realizarse el 6 de noviembre en Buenos Aires, que reunirá a empresas argentinas y alemanas para abordar los desafíos del mercado de hidrógeno y la cooperación bilateral.
Y el 30 de este mes será el turno del “Foro Hidrógeno Verde, condiciones para su desarrollo” en El Calafate, organizado por el gobierno santacruceño y Plataforma H2 Argentina, y cofinanciado por la Unión Europea.
Aparece la demanda
No es casual el interés de los países europeos en energías renovables en el país y en especial en hidrógeno verde. Desde el inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania en febrero de 2022, varios países europeos y, en especial Alemania, tuvieron problemas de abastecimiento por su dependencia del gas natural ruso, por lo que comenzaron a buscar otros proveedores para garantizar su seguridad energética.
En ese contexto, Argentina empezó a aparecer en el radar de las empresas europeas por las posibilidades de desarrollo del hidrógeno verde -también GLP- en un escenario de transición energética hacia la descarbonización.
“Ya en 2020 Alemania fue uno de los primeros países que lanzó su Estrategia Nacional de Hidrógeno, la actualizó en 2023 y a mediados de julio pasado lanzó su estrategia de importación de hidrógeno, porque sabe que no puede producir todo el hidrógeno que necesitan las industrias que, además, se tienen que reconvertir para reducir sus emisiones de carbono”, aseguró Santiago Enríquez, coordinador de Hidrógeno Verde de la AHK.
Si bien el negocio del hidrógeno verde ya lleva cuatro o cinco años de impulso, ahora se están alineando la oferta y la demanda. Si el país logra ordenar la macro, junto con una ley específica, esto permitirá facilitar inversiones y así Argentina será parte de este mercado en crecimiento. En este punto, Enríquez confirmó que “hay interés de empresas alemanas en invertir en hidrógeno verde en Argentina”, aunque es pronto para hablar de montos y características.
Para ello, será importante que el Gobierno avance en una ley de Hidrógeno en el Congreso, tal cual anticipó en julio el secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, durante su presentación junto a Kadri Simson. Desde el Gobierno destacan el potencial del país en este campo, pero remarcan que hay que confirmarlo en la práctica. “La cantidad de gigavatios (GW) que se pueden instalar es muy importante, puede llegar a los 60 GW de energía renovable asociada a proyectos de hidrógeno”, aseguró Rodríguez Chirillo.
Fernando Bazán, economista de Abeceb especializado en energía, sostiene que el país “ofrece varias ventajas que la hacen un destino atractivo para inversiones en hidrógeno verde“, basado en sus recursos naturales, energía eólica y solar, disponibilidad de recursos hídricos, “infraestructura portuaria y de transporte que puede facilitar la exportación de hidrógeno verde” y la red eléctrica, que está en proceso de modernización.
Y a esto se suman nuevas regulaciones e incentivos fiscales para grandes inversiones (RIGI, Régimen de Incentivos a Privados). Sin embargo, Bazán aclara que “las dudas se plantean en el timing, dado que puede haber una discrepancia entre la ventana de oportunidad inicial del RIGI (dos años) y el desarrollo del mercado a gran escala del Hidrógeno Verde”.
Impulso inversor
“Argentina puede convertirse en un país exportador de hidrógeno para países que tienen restricciones, de Europa básicamente, que van a tener una alta demanda, pero no pueden producir en forma doméstica todo lo que necesitan”, aseguró a Forbes, Juan Carlos Villalonga, referente del Círculo de Políticas Ambientales y la Plataforma H2 Argentina.
Durante su visita al país en julio pasado, Kadri Simson enfatizó que Bruselas podría disponer de recursos financieros para proyectos, replicando un programa de 200 millones de euros que la UE tiene en Chile para financiar el transporte de energía renovable.
En el plano de las inversiones, a fines de 2021 tomó notoriedad el anuncio de inversión de la australiana Fortescue Future Industries por 8400 millones de dólares para la construcción de una planta de producción de hidrógeno y un parque eólico en Sierra Grande, más un puerto en las cercanías de Punta Colorada, ambos en Río Negro. El proyecto quedó stand by, aunque tampoco se desactivó. Pero el pasado 7 de agosto la compañía confirmó que continúa con sus proyectos de inversión en el país en energías renovables, siendo los próximos pasos la construcción de un parque eólico. La sanción de la Ley de Bases y el RIGI, terminaron de inclinar la balanza.
El combo de oferta asegurada, demanda consistente y macroeconomía estable hoy es la clave para mover este sector energético. Villalonga sostiene que más que acuerdos con la Unión Europea “vamos a ver acuerdos bilaterales y Alemania puede ayudar en ese sentido”. Esto gatillará inversiones, porque “nadie va a hacer un desarrollo de hidrógeno verde si no tiene un comprador asociado”, remató.