Por Rafael Valencia Dongo
Es claro que como en ninguna otra época del Perú republicano, las inversiones no están detenidas por problemas políticos o por problemas de ingeniería sino esencialmente por problemas derivados de la falta de entendimiento social entre el Estado, la empresa y la sociedad.
La presión social y el choque de sistemas de organización de gobierno han derivado en un número creciente de conflictos socioambientales a lo largo y ancho del país, convirtiéndose cada vez más violentos para sobresalir en comparación a los anteriores.
Pese a esto, el país requiere de ingentes cantidades de inversión pública y privada para poder desterrar la pobreza extrema, alojada en bolsones rurales, lo contraproducente es que existe un bolsón gigante de recursos privados de más de 100 veces el monto de inversión anual comprometido por los gobiernos regionales en ejecución de proyectos de servicios públicos. Este monto de inversión privada esta en espera de la solución de conflictos socioambientales.
La Defensoría de Pueblo emite mensualmente reportes que expresan el grado de conflictividad en cada región, poniendo en evidencia el diferente estado de notoriedad que alcanzado en cada uno de los conflictos; convirtiéndose en una especie de cartelera que distorsiona el fin de registro, contabilidad y prevención que busca dicha entidad.
Del mismo modo, el presidente regional de Lima, Javier Alvarado y el Secretario de Descentralización de la Presidencia del Consejo de Ministros, Alberto Muñoz – Najar, resaltaron que el reporte de conflictos sociales se debe encargar a la Defensoría del Pueblo para que realice un Índice de Paz Social Regional (IPSR) como una buena práctica política y como distinción de las autoridades subnacionales que han logrado mantener la paz social y generar un ambiente propicio para que las inversiones privadas y públicas se concreten en su región.
Por ello, la paz social como instrumento para el logro del desarrollo descentralizado e impulsado por los presidentes regionales y la secretaría de descentralización de la PCM, debería ser exaltada en lugar de resaltar una cartelera de una mayoría de viciosos políticos, cuando sólo busca sus pecuniarios intereses.