- Ejemplar de “delfín” fósil, también conocido como “marsopa”, es uno de los más completos de Sudamérica y fue presentado por primera vez en Perú.
En el marco de las celebraciones por el Día Nacional de la Geología, el Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (Ingemmet) realizó el miércoles 17 de setiembre la presentación oficial del fósil de Lomacetus sp., un ejemplar de alto valor científico descubierto recientemente en el desierto de Ocucaje, región Ica.
Este fósil corresponde a un cetáceo de la familia Phocoenidae, grupo de las marsopas marinas conocidas popularmente como “chancho marino”. Fue hallado en estratos marinos de la Formación Pisco, una unidad geológica reconocida internacionalmente por su excepcional riqueza paleontológica, y posee una antigüedad estimada de entre 8 y 10 millones de años, correspondiente a la época Mioceno tardío.
La especie Lomacetus sp. es un pariente lejano de la actual Phocoena spinipinnis, conocida como “marsopa espinosa”, que habita en el mar peruano. La familia Phocoenidae está actualmente compuesta por siete especies y es considerada el grupo hermano de los delfines oceánicos (Delphinidae), lo que acentúa aún más la relevancia evolutiva del ejemplar presentado.
El fósil destaca por su esqueleto parcialmente completo, que incluye el cráneo, vértebras cervicales, toráxicas y lumbares, costillas y ambos húmeros. Este extraordinario nivel de preservación lo convierte en uno de los registros fósiles más notables de marsopas en Sudamérica y el primero presentado en el Perú.
Actualmente, el fósil se encuentra en proceso de estudio por el equipo de Paleontología de Ingemmet, con el objetivo de determinar si corresponde a la especie Lomacetus ginsburgi o si, por el contrario, se trata de una nueva especie aún no descrita. Este hallazgo podría representar un aporte significativo a la paleontología.
De acuerdo con estudios preliminares, Lomacetus sp. habitó aguas someras cercanas a la costa, coexistiendo con otras especies ancestrales de los actuales delfines de río. Se presume que se alimentaba de peces pequeños como sardinas, en el contexto de un ecosistema marino cálido y biodiverso del Mioceno tardío.
El rescate y preparación del fósil se realizó en el marco de la Actividad 8: Investigación Paleontológica y Gestión de Paleoteca Institucional, liderada por los ingenieros geólogos César Chacaltana y Luz Marina Tejada, quienes enfatizaron el valor científico del descubrimiento y su enorme potencial para futuras investigaciones.
Durante la presentación, especialistas del Área de Paleontología destacaron que este hallazgo no solo enriquece sustancialmente el conocimiento sobre la biodiversidad marina fósil del Cenozoico del Perú, sino que también posiciona al país como un referente regional en el estudio de cetáceos fósiles, especialmente en el contexto de la Formación Pisco, considerada una de las más importantes del mundo en este campo.
La presentación tuvo lugar en la sede central de Ingemmet, como parte de la exhibición “La historia de la Tierra contada por fósiles y rocas”. En esta muestra también se presentó otro fósil de gran relevancia: la primera especie del género Phragmolites lissoni reportada en el Perú.
Phragmolites lissoni Ebbestad & Gutiérrez-Marco, 2019, vivió hace aproximadamente 450 millones de años en lo que hoy es el altiplano del departamento de Puno. Este fósil, con apariencia semejante a un caracol marino, posee una concha de 16 mm de diámetro ornamentada con numerosas láminas sobresalientes de borde ondulado. Se trata de la primera especie formalmente descrita en el país dentro de este género.
El nombre Phragmolites lissoni rinde homenaje a Carlos Lissón Beingolea (1868–1947), considerado el padre de la geología peruana. Ingeniero de minas, geólogo, paleontólogo, docente universitario y fundador de la Sociedad Geológica del Perú, su legado se conmemora cada 17 de septiembre, fecha de su nacimiento, declarada Día Nacional de la Geología.
Ambos fósiles presentados por Ingemmet poseen una relevancia científica extraordinaria, ya que permiten precisar la edad geológica de los estratos, reconstruir los ecosistemas antiguos, comprender la biodiversidad del pasado y analizar las condiciones climáticas y geográficas que moldearon el territorio peruano a lo largo de millones de años.
Con esta actividad, Ingemmet reafirma su compromiso con la generación y difusión del conocimiento geológico y paleontológico, promoviendo el acceso a la ciencia, el reconocimiento del patrimonio natural y el fortalecimiento de la cultura científica en el país.