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Jaime Reusche, vicepresidente de la calificadora Moody’s, destacó las ventajas competitivas del país en el sector y aseguró que seguimos siendo los “chicos chéveres” de la región por nuestro crecimiento
La informalidad y la corrupción, son los grandes problemas que tiene el Perú para el avance de nuestro PBI. En ese contexto, la minería -principal motor de nuestra economía- y el buen manejo macroeconómico le permiten contar con una calificación estable de Moody´s.
“La minería continúa siendo el pan de cada día para Perú. No hay duda de que sus minas son muy competitivas no solo en Latinoamérica, sino en todo el mundo. Perú es muy rico en minerales y con muchas reservas aún por descubrir. Además, tiene uno de los costos de energía más bajos del mundo, en parte, porque cuentan con gas. Eso es bueno para las inversiones mineras”, afirmó Jaime Reusche, vicepresidente de la calificadora Moody’s Investors Service, durante el Perú Day celebrado en el marco de la convención PDAC en Canadá.
Reusche agregó que muchas de las minas en el Perú son jóvenes y de buena calidad y dijo que superar los conflictos sociales que surgen en los proyectos mineros es también asunto de las mineras. “Una de las claves para la sostenibilidad es evitar los conflictos sociales educando a la gente de zonas remotas. Evitarlos requiere mucha inteligencia social, esto también es trabajo de las empresas mineras, no solo del Gobierno”, anotó.
Perú es ¿Coll Kid o Nerd?
Reusche recordó que en 2015, manifestó que Perú era el “Cool kid” de la clase porque todos los países querían ser como Perú, por su progreso; y “desde el 2007 hasta el 2015, creció lo que ningún otro país en desarrollo pudiera haber crecido en ese pequeño periodo de tiempo”.
Precisó que el grado de inversión es un factor muy decisivo y Perú pasó de tener una “nota” de BA (de países promedio, no son los mejores para invertir, pero tampoco son los más débiles). Paulatinamente, Perú se volvió más fuerte y pasó a ser un país con nota “A”, un buen país (fuerte), pero aún así se quería que fuera excelente.
Agregó que en vez de querer que Perú siga siendo un “Cool kid” (es decir con una nota promedio de BA), se quería que sea “Nerd” (un país mucho más seguro y fuerte en inversiones). “Podemos concluir que ser un ‘Nerd’ es mejor que ser un ‘Cool kid’, que era a lo que aspiraba Perú en 2016, pensando en que, con la entrada de un nuevo gobierno, se atacaría la informalidad y la corrupción, entre otros”, acotó.
Dijo también que en el contexto de un legislativo pro mercado y gran aprobación de la sociedad de este cambio de tecnocracia, dejando que los economistas indiquen lo mejor en el largo plazo, se esperaba apoyo a todas esas reformas.
“No obstante, Perú no pudo convertirse en un ‘Nerd’, y la razón es porque tal vez hubo una mala estrategia en cómo atacar la informalidad” y algo más faltó.
“El Congreso, que se necesitaba que apoyara al gobierno, convirtió la política en una telenovela, lo cual no brindó estabilidad al Ejecutivo para poner en marcha sus políticas. Así también está el factor de la corrupción que ha impedido a Perú que se convierta en un ‘Nerd’”, explicó.
“En el 2007 Perú fue calificado con BA, lo cual es bajo, pero en los siguientes 7 años, subió 6 veces. Ningún otro país logró avanzar de esa forma y a esa velocidad, lo más cercano fue el caso de Filipinas que creció 5 veces pero en 10 años”, contó.
Entre el 2015 y el 2016 se preguntó si Perú podría pasar de ser un país fuerte a uno excelente luego de vencer la informalidad y la corrupción; y opinó que quizá hubo un diagnóstico equivocado sobre cómo atacar a la informalidad.
Continuando con su análisis, dijo que para el 2017 el Perú “seguía creciendo, pero no a su máximo potencial. A pesar de eso, su calificación llegó a A3, la segunda mejor calificación en toda Latinoamérica. Algo de orgullo, pues desde el 2015 muchos países descendieron en su calificación. Le pasó a Colombia, Brasil y México”.
Según Reusche, Perú tiene un manejo macro muy eficiente. “En base a eso, los evaluamos, conocemos sus fortalezas y fundamentos y no confundimos su potencial con alguna coyuntura complicada. Tuvieron un par de años difíciles, problemas en casa con la corrupción. Pero tenemos que ver más allá de los momentos difíciles, su administración macro económica ha sido buena y estable, eso les da credibilidad”, afirmó.
Finalmente, dijo que en el 2018 Perú continuó esforzándose en reducir la brecha en infraestructura y lucha contra la corrupción.
“Desafortunadamente, acabar con la brecha de infraestructura en Perú cuesta 30 mil millones de dólares. Los problemas en infraestructura continuarán en Perú. La razón, en parte, es su capacidad de ejecución. Sin embargo, pase lo que pase con las autoridades, les digo que Perú mantendrá su calificación estable por su macroeconomía”, concluyó.